6 de junio de 2016

6°SE Etapas del romanticismo francés.

  1. ROMANTICISMO.

PRE ROMANTICISMO Y ROMANTICISMO.
El siglo XVIII fue en cuanto al tema de los períodos literarios, una época complicada, no hubo ningún estilo que haya ejercido un dominio homogéneo y prolongado.
Algunos, casi inaceptablemente, han generalizado las manifestaciones literarias de dicho siglo con el nombre de “rococó”, concepto de las artes plásticas que fue considerado como el elemento fundamental de todos los autores del siglo XVIII.
El rococó tiene que ser considerado como una de las líneas de fuerza, uno de los componentes artísticos del siglo XVIII, la expresión de ciertos aspectos de la sensibilidad y el espíritu de la época.
En cuanto a sus características podemos citar la visión trágica del a vida, el gusto por la naturaleza sencilla y tranquila, escenario de elegantes y voluptuosas fiestas y de tiernos idilio, concepción de la vida como un ensueño de felicidad, valorización de la intimidad en la vida y en el arte, precisismo estilístico , graciosidad, pulidez, frívola elegancia, erotismo refinado.
El concepto de pre romanticismo data de las primeras décadas del siglo XX y fue defendido por Paul Van Tieghem, el concepto abarca las tendencias estéticas y las manifestaciones de sensibilidad que en el siglo XVIII se apartan de los cánones neoclásicos, anunciando el romanticismo, ello no significa que el pre romanticismo sea sólo una preparación para el romanticismo y que carezca de rasgos propios.
El pre romanticismo no tiene la homogeneidad de una escuela literaria ni presenta un concepto sistemático de doctrinas, ello no significa que carezca de contenido pues aparecen en el siglo XVIII nuevos conceptos estéticos, temática nueva y nueva sensibilidad. Los países donde floreció el pre romanticismo fueron Inglaterra (Young, (Night thouhts),de Richardson, Gray, Macplerson), Alemania con el movimiento “Sturn und Drang, Francia con Diderot, Saint Pierre, Rousseau.
En cuanto a sus características podemos citar:
La valorización del sentimiento: el corazón triunfa del racionalismo ilustracionista y se convierte en al fuente por excelencia de los valores humanos. La sensibilidad es el más legítimo título de las almas, la vida moral es regida por el sentimiento y los derechos del corazón.
La literatura divulga los secretos de la intimidad humana, sin pudor; es la primera generación europea de egoísta, los pre románticos crean una literatura confesionalista, provoca violentas reacciones afectivas en los lectores de la época, si citamos un ejemplo encontramos la novela “Werther” de Goethe publicada en 1774 que originó tras su lectura una ronda de suicidios en los jóvenes alemanes.
Esta nueva sensibilidad presenta un carácter tierno y tranquilo, una suave emoción que provoca el paisaje o un recuerdo, en algunos casos esto cede a la desesperación y a la angustia, a la agitación sombría y entonces el poeta se complace en visiones lúgubres, paisajes nocturnos, agrestes y solitarios-
Se observa la predilección por los dolorosos presagios, sueños aciagos, muerte, poesía de la noche y de las tumbas, meditación sobre la muerte, sepulcros.
El pre romanticismo presenta una nueva visión del paisaje y de la naturaleza ya no se trata de más capacidad descriptiva del mundo exterior como una visión del paisaje: entre la naturaleza y el “yo” se establecen relaciones afectivas: lagos, árboles, montañas se asocian a los estados del alma y el escritor vuelca en ellos emociones y sueños.
A esta literatura pre romántica se le debe la revelación de la belleza melancólica del otoño elegíaco y solitario, de hojas caídas, sol pálido y crepúsculos heridos.
Se manifiesta un declive de las influencias greco latinas y de las imposiciones del clasicismo del siglo XVIII.

Se define el Romanticismo como un vasto movimiento de la cultura europea que iniciándose en los países nórdicos y progresando hacia el sur y el Mediterráneo, abarcó durante casi siglo y medio (segunda mitad del siglo XVIII y el siglo XIX) todo el viejo continente.
En cuanto al vocablo “romántico” el mismo tiene una historia compleja, proviene del adverbio latino “romanice” que significaba a la manera de los romanos, se derivó en francés al vocablo “romanz” escrito Román (siglo XII) y roman (siglo XVII); la palabra rommant designó primero la lengua vulgar frente al latín, pasando a designar cierta especie de composición literaria escrita en lengua vulgar, cuyos temas consistían en complicadas aventuras heroicas o galantes.
En Italia como en Francia, donde el romanticismo es tardío en relación con las literaturas inglesa y alemana, existen grupos románticos que se oponen a escritores clásicos, desde 1816 a 1820 respectivamente, las manifestaciones del romanticismo francés se producen más tarde, la publicación de “Cromwell” de Víctor Hugo en 1827 y la batalla de “Hernani” de 1830.
En cuanto a la literatura alemana el romanticismo se da en oposición al arte clásico en aquella famosa frase de Goethe (1749 1832) “lo clásico es la salud, y lo romántico es la enfermedad” oponiendo así el equilibrio a la agitación. En ese país el romanticismo se afirma desde fines del siglo XVIII con la revista Athenaeum de 1789.
El romanticismo presenta una nueva concepción del yo: la teoría elaborada por la filosofía germánica por Johann Gottlieb Fichte (1762-1814), y por Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling (1775-1854), esta teoría es uno de los elementos dorsales del romanticismo alemán. Para Fichte el yo constituye la realidad primordial y absoluta, el yo se afirma así mismo, es un yo absoluto.
Este teoría fue tomada erróneamente por los románticos que identificaron ese yo puro con el yo del individuo, con el genio individual, para los ellos el espíritu humano constituye una entidad dotada de actividad, que tiende al infinito, que rompe con los límites, búsqueda incesante del absoluto, hay una energía del yo y ansias de absoluto.
El mundo romántico se opone al mundo humanístico y al ilustracionista, este nuevo mundo está abierto a lo sobrenatural y al misterio. Nada de lo que es visible y palpable representa la realidad verdadera, la realidad auténtica no es perceptible a los sentidos.
Relacionado con ello aparece la palabra Sehnsucht, término alemán que significa “la nostalgia de algo distante” en el tiempo y en el espacio, el carácter específico del arte romántico consiste en no alcanzar jamás la perfección, los personajes románticos se sienten atraídos por un anhelo indefinible, persiguen un ideal recóndito y distante.
En cuanto al hombre romántico se presenta con un declarado tiranismo, rebelde, altivo y desdeñoso, en contra de las leyes y los límites, desafían a la sociedad y a Dios mismo. Prometeo es la figura mítica que los románticos exaltan con frecuencia, como símbolo de la condición titánica del hombre.
También Satán se convirtió en otro símbolo para los románticos, proclamando la gloria y la grandeza de su desafío al creador. Otros personajes tomados como símbolos fue Caín, y Don Juan personaje del teatro del1600.
En el hombre fatal del romanticismo vemos muchas características de Satán: desde la fisonomía (faz pálida, mirada impiadosa) hasta el temperamento y los rasgos psíquicos y morales (melancolía indesarraigable, desesperación, rebeldía, inclinación a la destrucción y al mal.
Otras veces son las figuras de los poetas geniales, desgraciados y perseguidos por la sociedad, condenados a la soledad, incomprendidos por los hombres y que desafían al destino, lo que los poetas exaltan como símbolo de la aventura titánica del hombre.
Del fracaso de su aventura, de la imposibilidad de realizar el absoluto nacen el pesimismo, la melancolía y la desesperación, la búsqueda de la soledad.
El mal du siecle, la indefinible enfermedad que les llena de tedio la vida y les hace desear la muerte expresan el cansancio y la frustración que resultan de la imposibilidad de realizar el absoluto.
La ironía es otro elemento importante del romanticismo, que nace de la conciencia del carácter antinómico de la realidad y constituye una actitud de superación por parte del yo, de las contradicciones de la realidad, del perpetuo conflicto entre lo absoluto y lo relativo. El arte, exige del creador una actitud de ironía, de distanciamiento, de superioridad frente a la obra creada.
Se observan ansias de evasión que provienen de su conflicto con la sociedad, esa evasión se da al ensueño, a lo fantástico, a la orgía, a la disipación, al espacio y al tiempo. La evasión al espacio se reveló en el exotismo que se combinó con el color local, con la fiel reproducción de los aspectos característicos de un país; y la evasión en el tiempo condujo a la glorificación de la Edad media, dejada de lado por el racionalismo ilustracionista, Esta edad atraía con lo pintoresco de sus usos y costumbres, con el misterio de sus leyendas y traiciones, con su belleza nostálgica de sus castillos, con el idealismo de sus tipos humanos más relevantes.






  1. EL ROMANTICISMO EN FRANCIA.


El Romanticismo francés, del cual nos ocupamos por incluir en este eje temático al poeta Charles Baudealire (1821 - 1867) ocupa en el proceso de consolidación del movimiento una posición intermedia. En 1800 cuando comienzan a definirse en Francia las ideas y las obras románticas, Inglaterra con Worsworth y Coleridge, Alemania con el “Sturm und Drang” Goethe y su “Werther” (1774) ya señalado anteriormente, el teatro de Schiller, la poesía de Novalis ya habían dado mucho de su mejor romanticismo. Igualmente en el siglo XVIII en Francia se observaba un claro rechazo a las reglas de los clásicos, a la admiración de los antiguos, en Diderot y Rousseau, entre otros se dan rasgos que serán fundamentales para el espíritu romántico, el individualismo, el sentimiento de la naturaleza y la exaltación de la sensibilidad.
En la evolución el romanticismo francés podemos distinguir tres etapas: la primera llamada de iniciación y dominada por las figuras de Chateaubriand y Mme Stael, y por la formación de toda una sensibilidad colectiva que se llamó “el mal del siglo”.
La segunda etapa de pleno desarrollo del movimiento donde se libra “la batalla romántica” (1820- 1830) Recordemos que es en esta etapa donde el poeta Víctor Hugo publica su drama histórico “Cromwell” El prefacio que Hugo redactó en 1827 para este drama se convirtió inmediatamente en el manifiesto del teatro romántico. En él realizaba un encendido llamamiento a la liberación de las restricciones impuestas por el clasicismo. El texto se divide en tres partes: una primera de rechazo a las reglas aristotélicas de unidad de lugar y tiempo, una segunda que recomienda conservar la regla de la unidad de acción y una tercera que proclama el derecho y deber de todo arte de representar la realidad en todos sus aspectos. El nuevo drama romántico francés que inaugura Hugo con sus teorías se caracteriza por la incorporación de lo feo y lo grotesco a la escena teatral, por una mayor preocupación por el color local y sobre todo por la mezcla de elementos cómicos y trágicos.
También a esta época pertenece otra obra del autor representativa de la batalla romántica “Hernani” de 1830.
La tercera etapa corresponde a la aceptación del movimiento (1830. 1843) donde el movimiento pasa desintegrarse como tal y dar lugar a otras corrientes que se estudiarán más adelante.
Observando estas tres etapas del romanticismo francés podemos deducir la aparición tardía dentro del movimiento del libro “Las flores del mal “publicado en 1857 con lo que resulta imposible concebir a la figura del poeta Charles Baudelaire dentro del romanticismo propiamente dicho.


  1. UBICACIÒN DE BAUDEALIRE EN EL ROMANTICISMO FRANCÈS.

Las flores del mal” de Charles Baudealire se publican en 1857 y algo que nadie podía sospechar en ese momento cambió para siempre. La poesía tomó un rumbo tan inesperado con si el Sena desviara su curso. Podemos decir que la aparición del autor se da en una Romanticismo que ya decaía por eso podemos decir que ubicamos al autor casi después de la tercer etapa del movimiento en Francia.
El libro se publicó con un tiraje de 1320 ejemplares y constaba de 101 poemas, pero esta primera edición está lejos de la que se conoce actualmente. En 1861 incorporó 35 títulos. Fue el libro al que Baudelaire le dedicó toda su vida, incluso hay textos que se publicaron después de su muerte.
Según las palabras del autor “el único elogio que solicito para este libro es el de que se reconozca que no consiste en un puro álbum, que tiene comienzo y fin. Todos los poemas nuevos se han hecho para ser adaptados a un cuadro singular que yo había escogido”
El autor manejó algunos títulos hasta llegar el definitivo: “Me pareció entonces más interesante y tanto más agradable cuanto más difícil, tratar de extraer la belleza del mal”.
El libro contiene una dedicatoria al poeta Theòphile Gauthier: AL POETA IMPECABLE Al perfecto mago en las letras francesas. A mi muy caro y muy venerado MAESTRO Y AMIGO con los sentimientos de la más profunda humildad dedico ESTAS FLORES ENFERMIZAS.
Presenta además un poema introductorio “Al lector “y un poema que cierra el libro “Epígrafe para un libro condenado”, entre ambos aparecen seis secciones:
  • Spleen et Ideal.
  • Cuadros parisinos.
  • El vino.
  • Las flores del mal.
  • Revolución.
  • La muerte.

En nuestra propuesta los dos de los poemas seleccionados pertenecen a Cuadros parisinos (“Paisaje”, “El crepúsculo de la tarde”).
Esta sección fue agregada en la segunda edición del libro: no figuraba en la primera de 1857.
La protagonista de todo el libro y especialmente de esta sección es la ciudad, y especialmente París. Quizás nada para él podría ser entendido fuera de los reconocibles límites de París. Recordamos las palabras de Balzac cuando al comienzo de la novela “Papa Goriot” (1852) se preguntaba “¿será comprendida más allá de París? Con Baudelaire ocurre lo mismo: muestra de ella su grandeza y su estupidez.
Con respecto a su visión de la naturaleza y de la ciudad el poeta ha señalado: “ …yo no soy incapaz de enternecerme con los vegetales, y mi alma es rebelde a esta nueva y singular religión… siempre he pensado que existe en la Naturaleza, floreciente y rejuvenecida, algo de impúdico y de afligente…En el fondo de los bosques, encerrado bajo sus bóvedas similares a las de las sacristías y de las catedrales, yo pienso en nuestras estupefacientes ciudades, y la prodigiosa música que corre a lo largo de las cimas, me parece la traducción de lamentos humanos”. Recordemos el primer verso del poema “Paisaje” que se analizará más adelante “quisiera yo componer mis églogas más puras” y quedan explicadas estas palabras del autor.
La mirada hacia la ciudad es de una profunda piedad hacia los desamparados, los viejos, los enfermos, los desahuciados, los más desvalidos, de ahí que el autor señalara de la ciudad “: París centro e irradiación de la estupidez humana”.
La crítica coincide en señalar el tema ciudadano como una de las renovaciones más perdurables que Baudelaire introdujo en la poesía del siglo XIX. Es él el primer poeta de la ciudad. Pasar de los amplios panoramas de la poesía de Vigny y de Víctor Hugo a la de las Flores del mal es después de recorrer vastos paisajes de bosques y montañas, penetrar en una habitación secreta de íntimos y umbrosos ecos, con penumbra de lámparas, destellos de joyas, cristales y desnudeces lustrosas, sensualidad de pieles y perfumes refinados, a través del balcón, la ciudad dormida y silenciosa. Su mundo ideal está figurado como una arquitectura, porque su mundo real es una arquitectura, una naturaleza urbana, es decir, una naturaleza que no es más naturaleza.
Pero este cambio en el decorado, no es solamente tal, sino una necesaria renovación del mundo poético, una re invención del mismo. Las imágenes bucólicas, las comparaciones y metáforas que transcurrían en parques abandonados y al borde de los lagos no sirven para recrear poéticamente el mundo ciudadano. Según Eliot, el autor dio nuevas posibilidades a la poesía en una nueva provisión de imágenes de la vida contemporánea. No es simplemente usar imágenes de la vida ordinaria, al usar imágenes de la vida sórdida de una gran metrópoli sino al elevar tales imágenes a la primera intensidad, presentándolas como son, y sin embargo haciéndolas representar algo mucho más que ellas mismas.
Baudelaire rechaza la naturaleza y escoge la ciudad para pensar su poesía, porque es aquí, en una creación del hombre, en un ambiente anti natural muchas veces corrompido, donde encuentra más amplios ecos su meditación sobre el mal. El ángel caído, lleno de nostalgia por el paraíso primero y natural, reflexiona en este corazón ciudadano que se ha alejado de la naturaleza primitiva, para profundizar en el desarraigo esencial en el que ha crecido la cultura del hombre moderno; el pecado original.
Es por eso quizás, que los habitantes del París de Baudelaire poseen ese rasgo común de desheredados, de testigos nostálgicos de un mundo del que son extranjeros, figuras de anónimo pasado, y sin futuro, casi inmóviles: los mendigos, los ciegos, los ancianos, las viudas, las prostitutas, los borrachos.
En el tema de la ciudad se cumple además una noción del romanticismo propia de Baudealaire y compartida por Stendhal, como la “expresión más reciente, más actual de lo bello” Baudelaire ha mostrado por primera vez la belleza de la ciudad. Recordemos el siguiente párrafo “El heroísmo de la vida moderna”





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