18 de marzo de 2018

6°B1 ROMANTICISMO.


ROMANTICISMO.
PRE ROMANTICISMO Y ROMANTICISMO.

El concepto de pre romanticismo data de las primeras décadas del siglo XX y fue defendido por Paul Van Tieghem, el concepto abarca las tendencias estéticas y las manifestaciones de sensibilidad que en el siglo XVIII se apartan de los cánones neoclásicos, anunciando el romanticismo, ello no significa que el pre romanticismo sea sólo una preparación para el romanticismo y que carezca de rasgos propios.
El pre romanticismo no tiene la homogeneidad de una escuela literaria ni presenta un concepto sistemático de doctrinas, ello no significa que carezca de contenido pues aparecen en el siglo XVIII nuevos conceptos estéticos, temática nueva y nueva sensibilidad. Los países donde floreció el pre romanticismo fueron Inglaterra (Young, (Night thouhts),de Richardson, Gray, Macplerson), Alemania con el movimiento “Sturn und Drang, Francia con Diderot, Saint Pierre, Rousseau.
En cuanto a sus características podemos citar:
La valorización del sentimiento: el corazón triunfa del racionalismo ilustracionista y se convierte en al fuente por excelencia de los valores humanos. La sensibilidad es el más legítimo título de las almas, la vida moral es regida por el sentimiento y los derechos del corazón.
La literatura divulga los secretos de la intimidad humana, sin pudor; es la primera generación europea de egoísta, los pre románticos crean una literatura confesionalista, provoca violentas reacciones afectivas en los lectores de la época, si citamos un ejemplo encontramos la novela “Werther” de Goethe publicada en 1774 que originó tras su lectura una ronda de suicidios en los jóvenes alemanes.
Esta nueva sensibilidad presenta un carácter tierno y tranquilo, una suave emoción que provoca el paisaje o un recuerdo, en algunos casos esto cede a la desesperación y a la angustia, a la agitación sombría y entonces el poeta se complace en visiones lúgubres, paisajes nocturnos, agrestes y solitarios-
Se observa la predilección por los dolorosos presagios, sueños aciagos, muerte, poesía de la noche y de las tumbas, meditación sobre la muerte, sepulcros.
El pre romanticismo presenta una nueva visión del paisaje y de la naturaleza ya no se trata de más capacidad descriptiva del mundo exterior como una visión del paisaje: entre la naturaleza y el “yo” se establecen relaciones afectivas: lagos, árboles, montañas se asocian a los estados del alma y el escritor vuelca en ellos emociones y sueños.
A esta literatura pre romántica se le debe la revelación de la belleza melancólica del otoño elegíaco y solitario, de hojas caídas, sol pálido y crepúsculos heridos.
Se manifiesta un declive de las influencias greco latinas y de las imposiciones del clasicismo del siglo XVIII.

Se define el Romanticismo como un vasto movimiento de la cultura europea que iniciándose en los países nórdicos y progresando hacia el sur y el Mediterráneo, abarcó durante casi siglo y medio (segunda mitad del siglo XVIII y el siglo XIX) todo el viejo continente.
En cuanto al vocablo “romántico” el mismo tiene una historia compleja, proviene del adverbio latino “romanice” que significaba a la manera de los romanos, se derivó en francés al vocablo “romanz” escrito Román (siglo XII) y roman (siglo XVII); la palabra rommant designó primero la lengua vulgar frente al latín, pasando a designar cierta especie de composición literaria escrita en lengua vulgar, cuyos temas consistían en complicadas aventuras heroicas o galantes.
En Italia como en Francia, donde el romanticismo es tardío en relación con las literaturas inglesa y alemana, existen grupos románticos que se oponen a escritores clásicos, desde 1816 a 1820 respectivamente, las manifestaciones del romanticismo francés se producen más tarde, la publicación de “Cromwell” de Víctor Hugo en 1827 y la batalla de “Hernani” de 1830.
En cuanto a la literatura alemana el romanticismo se da en oposición al arte clásico en aquella famosa frase de Goethe (1749 1832) “lo clásico es la salud, y lo romántico es la enfermedad” oponiendo así el equilibrio a la agitación. En ese país el romanticismo se afirma desde fines del siglo XVIII con la revista Athenaeum de 1789.
El romanticismo presenta una nueva concepción del yo: la teoría elaborada por la filosofía germánica por Johann Gottlieb Fichte (1762-1814), y por Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling (1775-1854), esta teoría es uno de los elementos dorsales del romanticismo alemán. Para Fichte el yo constituye la realidad primordial y absoluta, el yo se afirma así mismo, es un yo absoluto.
Esta teoría fue tomada erróneamente por los románticos que identificaron ese yo puro con el yo del individuo, con el genio individual, para los ellos el espíritu humano constituye una entidad dotada de actividad, que tiende al infinito, que rompe con los límites, búsqueda incesante del absoluto, hay una energía del yo y ansias de absoluto.
El mundo romántico se opone al mundo humanístico y al ilustracionista, este nuevo mundo está abierto a lo sobrenatural y al misterio. Nada de lo que es visible y palpable representa la realidad verdadera, la realidad auténtica no es perceptible a los sentidos.
Relacionado con ello aparece la palabra Sehnsucht, término alemán que significa “la nostalgia de algo distante” en el tiempo y en el espacio, el carácter específico del arte romántico consiste en no alcanzar jamás la perfección, los personajes románticos se sienten atraídos por un anhelo indefinible, persiguen un ideal recóndito y distante.
En cuanto al hombre romántico se presenta con un declarado tiranismo, rebelde, altivo y desdeñoso, en contra de las leyes y los límites, desafían a la sociedad y a Dios mismo. Prometeo es la figura mítica que los románticos exaltan con frecuencia, como símbolo de la condición titánica del hombre.
También Satán se convirtió en otro símbolo para los románticos, proclamando la gloria y la grandeza de su desafío al creador. Otros personajes tomados como símbolos fueron Caín, y Don Juan personaje del teatro del1600.
En el hombre fatal del romanticismo vemos muchas características de Satán: desde la fisonomía (faz pálida, mirada impiadosa) hasta el temperamento y los rasgos psíquicos y morales (melancolía indesarraigable, desesperación, rebeldía, inclinación a la destrucción y al mal.
Otras veces son las figuras de los poetas geniales, desgraciados y perseguidos por la sociedad, condenados a la soledad, incomprendidos por los hombres y que desafían al destino, lo que los poetas exaltan como símbolo de la aventura titánica del hombre.
Del fracaso de su aventura, de la imposibilidad de realizar el absoluto nacen el pesimismo, la melancolía y la desesperación, la búsqueda de la soledad.
El mal du siecle, la indefinible enfermedad que les llena de tedio la vida y les hace desear la muerte expresan el cansancio y la frustración que resultan de la imposibilidad de realizar el absoluto.
La ironía es otro elemento importante del romanticismo, que nace de la conciencia del carácter antinómico de la realidad y constituye una actitud de superación por parte del yo, de las contradicciones de la realidad, del perpetuo conflicto entre lo absoluto y lo relativo. El arte, exige del creador una actitud de ironía, de distanciamiento, de superioridad frente a la obra creada.
Se observan ansias de evasión que provienen de su conflicto con la sociedad, esa evasión se da al ensueño, a lo fantástico, a la orgía, a la disipación, al espacio y al tiempo. La evasión al espacio se reveló en el exotismo que se combinó con el color local, con la fiel reproducción de los aspectos característicos de un país; y la evasión en el tiempo condujo a la glorificación de la Edad media, dejada de lado por el racionalismo ilustracionista, Esta edad atraía con lo pintoresco de sus usos y costumbres, con el misterio de sus leyendas y traiciones, con su belleza nostálgica de sus castillos, con el idealismo de sus tipos humanos más relevantes.

11 de marzo de 2018

6°B1. textos introductorios. los límites de la ficcionalidad.




LOS LIMITES DE LA FICCIONALIDAD.
Querida Vicky:
La noticia de tu muerte me llegó hoy a las tres de la tarde. Estábamos en una reunión cuando empezaron a transmitir el comunicado. Escuché tu nombre, mal pronunciado, y tardé un segundo en asimilarlo. Maquinalmente empecé a santiguarme como cuando era chico. No terminé con ese gesto. El mundo estuvo parado ese segundo. Después le dije a Mariana y Pablo: "Era mi hija". Suspendí la reunión.
Estoy aturdido. Muchas veces lo temía. Pensaba que era excesiva suerte no ser golpeado, cuando tantos otros son golpeados. Sí, tuve miedo por vos, como vos tuviste miedo por mí, aunque no lo decíamos. Ahora el miedo es aflicción. Sé muy bien porqué cosas has vivido, combatido. Estoy orgulloso de esas cosas. Me quisiste, te quise. El día que te mataron cumpliste 26 años. Los últimos fueron muy duros para vos. Me gustaría verte sonreír una vez más.
No podré despedirte, vos sabés por qué. Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te guardo, te acuno, te celebro y quizá te envidio, querida mía. Hablé con tu mamá. Está orgullosa en su dolor, segura de haber entendido tu corta vida, dura, maravillosa vida.
Anoche tuve una pesadilla torrencial, en la que había una columna de fuego poderosa pero contenida en sus límites, que brotaba en alguna profundidad.
Hoy en el tren un hombre decía: "Sufro mucho. Quisiera acostarme a dormir y despertarme dentro de un año". Hablaba por él pero también por mí.
Fuente: Cuadernos de Militancia Nº 4, Rodolfo Walsh.

RODOLFO WALSH (1927) 1977)


México, Enero 10 de 1945
 
Muchachita:

No puedo dejar pasar un día sin pensar en ti. Ayer soñé que tomaba tu carita entre mis manos y te besaba. Fue un dulce y suave sueño. Ayer también me acordé de que aquí habías nacido y bendije esta ciudad por eso, porque te había visto nacer.
No sé lo que está pasando dentro de mí; pero a cada momento siento que hay algo grande y noble por lo que se puede luchar y vivir. Ese algo grande, para mí, lo eres tú. Esto lo he sabido desde hace mucho, más ahora que estoy lejos lo he ratificado y comprendido.
Estuve leyendo hace rato a un tipo que se llama
Y esto me hizo recordar que yo siempre anduve paseando mi amor por todas partes, hasta que te encontré a ti y te lo di enteramente.
Clara, mi madre murió hace 15 años; desde entonces, el único parecido que he encontrado con ella es Clara Aparicio, alguien a quien tú conoces, por lo cual vuelvo a suplicarte le digas me perdone si la quiero como la quiero y lo difícil que es para mí vivir sin ese cariño que ella tiene guardado en su corazón.
Mi madre se llamaba María Vizcaíno y estaba llena de bondad, tanta que su corazón no resintió aquella carga y reventó.
No, no es fácil querer mucho.
Juan

5°H1. Primeros textos introductorios


                                        INTRODUCCIÓN A CURSO DE LITERATURA 5H1. 
 
LA ILIADA. HOMERO. (fragmento)
Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves cumplíase la voluntad de Zeus desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles.
¿Cuál de los dioses promovió entre ellos la contienda para que pelearan? El hijo de Leto y de Zeus. Airado con el rey, suscitó en el ejército maligna peste, y los hombres perecían por el ultraje que el Atrida infiriera al sacerdote Crises. Éste, deseando redimir a su hija, se había presentado en las veleras naves aqueas con un inmenso rescate y las ínfulas de Apolo, el que hiere de lejos, que pendían de áureo cetro, en la mano; y a todos los aqueos, y particularmente a los dos Atridas, caudillos de pueblos, así les suplicaba:
¡Atridas y demás aqueos de hermosas grebas! Los dioses, que poseen olímpicos palacios, os permitan destruir la ciudad de Príamo y regresar felizmente a la patria! Poned en libertad a mi hija y recibid el rescate, venerando al hijo de Zeus, a Apolo, el que hiere de lejos.
Todos los aqueos aprobaron a voces que se respetara al sacerdote y se admitiera el espléndido rescate; mas el Atrida Agamenón, a quien no plugo el acuerdo, le despidió de mal modo y con altaneras voces:
No dé yo contigo, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque ahora demores tu partida, ya porque vuelvas luego, pues quizás no te valgan el cetro y las ínfulas del dios. A aquélla no la soltaré; antes le sobrevendrá la vejez en mi casa, en Argos, lejos de su patria, trabajando en el telar y aderezando mi lecho. Pero vete; no me irrites, para que puedas irte más sano y salvo.
Así dijo. El anciano sintió temor y obedeció el mandato. Fuese en silencio por la orilla del estruendoso mar; y, mientras se alejaba, dirigía muchos ruegos al soberano Apolo, a quien parió Leto, la de hermosa cabellera:
LA ODISEA. HOMERO. (fragmento)
Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos que anduvo errante muy mucho después de Troya sagrada asolar;vió muchas ciudades de hombres y conoció su talante,y dolores sufrió sin cuento en el mar tratando de asegurar la vida y el retorno de sus compañeros. Mas no consiguió salvarlos, con mucho quererlo, pues de su propia insensatez sucumbieron víctimas,¡locas! de Hiperión Helios las vacas comieron, y en tal punto acabó para ellos el día del retorno. Diosa, hija de Zeus, también a nosotros,cuéntanos algún pasaje de estos sucesos.
Ello es que todos los demás, cuantos habían escapado a la amarga muerte, estaban en casa, dejando atrás la guerra y el mar. Sólo él estaba privado de regreso y esposa, y lo retenía en su cóncava cueva la ninfa Calipso, divina entre las diosas, deseando que fuera su esposo
Y el caso es que cuando transcurrieron los años y le llegó aquel en el que los dioses habían hilado que regresara a su casa de Itaca, ni siquiera entonces estuvo libre de pruebas; ni cuando estuvo ya con los suyos. Todos los dioses se compadecían de él excepto Poseidón, quién se mantuvo siempre rencoroso con el divino Odiseo hasta que llegó a su tierra.

4°AÑO. Autobiografía de Paul Auster.




EL AMOROSO CAOS DE PAUL AUSTER. EVE GIL.
¿Qué es un escritor? «El escritor –res-
ponde Paul Auster en su autobiografía
A salto de mata – no «elige una profe-
sión», como el que se hace médico o
policía. No se trata tanto de escoger
como de ser escogido, y una vez que se
acepta el hecho de que no se vale para
otra cosa, hay que estar preparado para
recorrer un largo y penoso camino
durante el resto de su vida.» El escritor,
el auténtico escritor, a menos que sea un
tocado de los dioses, continúa Auster,
deberá agenciarse una vía alterna de
subsistencia, es decir, trabajar el doble
que cualquier mortal, lo cual constituye
un dudoso privilegio. A salto de mata es,
de hecho, el testimonio de ese «largo y
penoso» camino recorrido por el hoy
Premio Príncipe de Asturias; el mismo
inexorable camino que ha de recorrer
todo aquel cogido por el, llamémosle,
demonio de la escritura, en pos de la
conquista del derecho de ya no hacer
otra cosa en la vida sino escribir. Mozo
de un barco petrolero, articulista,
traductor del francés, guionista, hasta
inventor de un juego de cartas, fueron
algunos de los oficios que tuvo que
alternar con la escritura en los años
aciagos, que fueron muchos, pues no
logró publicar un libro sino hasta casi
los cuarenta años... y aquella primera
novela, Juego de presión, fue por cierto
un monumental fracaso que actual-
mente circula como obra de culto entre
los amantes de Auster.
Para conquistar el derecho de vivir
de la escritura, pues, se ha de asumir la
condición humana no como una cir-
cunstancia sino como una responsa-
bilidad. En la práctica consciente de la
propia humanidad germina ese misterio
que indiscriminadamente llamamos
«estilo», pues el primordial instrumento
de trabajo de la escritura, más incluso
que la máquina, la pluma o el dicciona-
rio, es la capacidad para desentrañar la
esencia de cada individuo y explicarla
según la particular visión del mundo.
Uno de sus primeros libros exitosos, La
invención del padre (Compactos
Anagrama, 1994), es un admirable
botón de muestra de hasta qué punto el
autor entrenó su asimilación cabal de
lo humano, aún tratándose de hechos
que le conciernen en forma más que
directa por tratarse de asuntos
familiares: «Mi abuela mató a mi abuelo.
El 13 de enero de 1919, exactamente
sesenta años antes de que muriera mi
padre, su madre disparó y mató a su
marido en la cocina de la casa de
Fremont Avenue en Kenosha,
Winsconsin. Los hechos en sí no me
atormentan más de lo que cabría
esperarse. Lo difícil es verlos impresos,
desenterrarlos del ámbito de lo secreto,
por así decirlo, y convertidos en suceso
público (...)» (p. 55). De ahí que a
muchos Paul Auster (Nueva Jersey,
1947) nos sea tan entrañable, pues
nunca deja de mirarse y mirarnos con
la desencantada ternura del escritor al
que nadie quería publicar y que, nutrido
de incomprensión y de rechazos ad-
quirió el inconmensurable don de reírse
no del mundo sino con el mundo. El
secreto del éxito de Auster, que sin
proponérselo encontró la veta para
cumplir la premisa garciamarquesiana
de «escribir para que me quieran», ha
sido retener el espíritu del joven escritor
desalentado, más abnegado que cínico,
que escribe no por esperanza sino para
seguir respirando. Su renuencia a des-
prenderse de su destartalada máquina
Olympia, a la que incluso le escribió un
libro, Historia de mi máquina de escribir,
lo que hace de Auster el último clásico
norteamericano (aunque su esposa, la
también novelista Siri Husvedt, tiene su
propia Olympia), no es una pose sino
una forma de garantizar a su escritura
ese talante de irónica melancolía que
exige el acompañamiento del golpeteo
nostálgico de las teclas: «No me parecía
bien, por principio –continúa Auster
quien, contrario a lo que podría
suponerse, fue un doctorando ejemplar
de la Universidad de Columbia-, que un
escritor se refugiase en la universidad,
rodeándose de personas afines y vivien-
do demasiado a gusto. Existía un riesgo
de autocomplacencia, y una vez que cae
en ella, el escritor puede darse por ven-
cido.» Así pues, Auster le apostó la
condición privilegiada como docente de
una de las más prestigiadas universi-
dades del mundo a la escritura. Apostó
y ganó.

La concesión del Premio Príncipe de
Asturias para el que estaban postulados
los candidatos al Nóbel Amos Oz y
Phillip Roth, no es algo que Auster haya
buscado (ni siquiera sabía que su agente
lo había propuesto); tampoco le brinda
un goce superior al de la experimenta-
ción del cotidiano misterio de la escri-
tura, aunque resulta harto significativo
el hecho de que el jurado haya consi-
derado que su literatura representa una
renovación al fusionar lo mejor de las
tradiciones americana y europea
(Auster desciende directamente de
franceses), si bien el aludido ha decla-
rado no hacerlo de manera consciente.
Escribir: ese ha sido el verdadero premio
para Auster. Lo más hermoso del asunto
es que sus libros reflejan esa circunstan-
cia. Hay en su prosa una exaltación
continua de la propia escritura y de la
escritura de otros, un regodeo del inme-
diato placer de estarse saliendo con la
suya, de ahí que toda su narrativa
encierre un aliento autobiográfico, aún
cuando Auster trabaja esencialmente
con su imaginación. Lo último que le
preocupa, y eso también se vuelve
evidente, es satisfacer a una masa
anónima, pues de hecho no escribe para
nadie y, aunque suene a egoísmo, no
piensa sino en satisfacer al lector que lo
habita. Ese es el arte: un acto de auto-
gratificación que terminará gratificando
a sus receptores. Esto es verificable en
el carácter intimista de la obra de
Auster; carácter que no cancela, sin
embargo, la posibilidad de una injeren-
cia activa de terceros en la hermética
intimidad que distingue a sus protago-
nistas, seres solitarios que se identifican
en el camino con las soledades de otros.
Los héroes austerianos invariablemente
iniciarán una pesquisa que, suponen, les
concierne sólo a ellos para descubrir,
hacia el final, que no será posible
alcanzar solos la meta. En su más
reciente novela, Brooklyn follies
(Anagrama, 2006), la búsqueda de
soledad de un individuo termina
generando a su alrededor una verdadera
hermandad de solitarios que, como
tales, son seres excéntricos: Nathan
Glass es un sobreviviente del cáncer,
recién divorciado, que desea plasmar sus
experiencias en un libro y para lo cual
se muda a un barrio bohemio de
Brooklyn, sin imaginar que se topará
con un querido sobrino al que no veía
desde hace muchos años, Tom, quien
fugitivo, como el propio Auster, de las
aulas universitarias, ha optado por con-
ducir un taxi para incrementar sus
vivencias. Harry Brightman, el entraña-
ble homosexual, propietario de una li-
brería de segunda mano, vendrá a refor-
zar el nudo de la mutua retroalimenta-
ción literaria: «El antiguo doctorando y
erudito (Tom) se aclaró la garganta y me
pidió licencia para expresar su desa-
cuerdo. No había normas en lo que se
refería a escribir, afirmó. Cuando se
consideraba la vida de los poetas y
novelistas, se acababa frente al más
absoluto caos, una infinita sucesión de
anomalías. Eso se debía al hecho de que
escribiera una enfermedad, prosiguió
Tom, algo así como una infección o una
gripe del espíritu que podía atacar a
cualquiera en el momento más insos-
pechado.» (p. 154). La descripción que
de la interioridad del escritor realiza
Tom, podría aplicarse tal cual al uni-
verso narrativo de Auster: una infinita
sucesión de anomalías donde la
literatura, su quehacer y su práctica, se
torna una especie de enfermedad, de
compulsión, como en El libro de las
ilusiones (Anagrama, 2003): «La vida era
un sueño febril, descubrió, y la realidad
un universo sin fundamento, un hecho
de fantasías y alucinaciones, donde todo
lo imaginario se hacía real.» La narrativa
de Auster parte de la premisa de que lo
verdaderamente real es lo que escapa a
la atención de los seres ordinarios;
edifica una realidad paralela con base
en los acontecimientos que de manera
excepcional rasgan la cotidianidad de las
grandes ciudades, es decir, nada de lo
que ocurre en sus novelas es inexplicable
o extraordinario, simplemente es una
recreación de las paradojas de la
existencia común. La noche del oráculo,
por ejemplo (Anagrama, 2004), pare-
ciera una sucesión de hechos extraños
que no son sino los incidentes propios
de la visión y la memoria de un escritor
asaltado por una serie de coincidencias
relacionadas con su escritura del mo-
mento, fenómeno fácilmente certifica-
ble por otros escritores de carne y hueso:
«Dios apartó la vista de nosotros y
abandonó el mundo para siempre. Y yo
estuve allí para presenciarlo.» (p. 103).
Llamado por los críticos «el escritor
del azar», la genialidad de Auster reside,
sin embargo, en su forma de aplicar este
factor que, por lo general, no es sino una
vía de escape para una trama demasiado
intrincada, particularmente dentro del
género negro del que Auster ha tomado
la estructura del suspense. En su novelís-
tica el azar cumple, en efecto, una fun-
ción medular, sin embargo se efectúa por
medio de la lógica y no del recurso
desesperado. Como ilustra la frase ante-
rior, los protagonistas parecen estar
siempre en el lugar adecuado, en el
momento preciso para presenciar cómo
Dios le da la espalda al mundo. Sus
personajes, tan espontáneos, tan dolo-
rosamente vivos, podrían decir exacta-
mente lo mismo que de sus clientes dice
Max Klein, el detective de la primera
novela publicada de Auster, una novela
negra titulada Jugada de presión,
recientemente publicada en la colección
Compactos de Anagrama, y que Auster
firmó como Paul Benjamín: «Puede que
cueste entenderlo, pero yo no elijo a mis
clientes, y no estoy en condiciones de
emitir un juicio sobre sus cualidades
morales. Me vienen con sus problemas
concretos y yo hago lo posible por resol-
verlos. No les exijo que me presenten
cartas de recomendación.» (p. 88). A

4°año. Autobiografía lectora.

 PRIMERA ACTIVIDAD 4° AÑO.

AUTOBIOGRAFIA LECTORA. 



Elabora un texto autobiográfico relacionado a tu condición de alumno - lectora, a tu vínculo con la lectura a partir de las siguientes preguntas orientadoras:

¿Te gusta leer?
¿Cuánto tiempo del día destinas a leer?
¿Qué momento del día aprovechar para leer? ¿En qué espacio?
¿Qué tipo de lectura prefieres?
¿Cuál fue el último libro que leíste?
¿Recuerdas algún título de libro que hayas escuchado y que tengas interés en leer?
¿Hay libros en tu casa?
En tu familia ¿hay personas que leen?
En tu opinión ¿los jóvenes leen más o menos que antes? 

Tiempo destinado a la escritura.
Lectura en voz alta de los textos
intercambio de ideas.

 


BIENVENIDO AÑO 2018

Bienvenidos al año 2018.
Esto blog será el vinculo para acceder a todo el material de Literatura de la profesora Giovanna Piceda.
Los grupos con los que compartiremos el año son:
4°3
4°4
4°7
5°H1
6°B1
Antes de la solicitud de cada material de estudio el mismo ya estará a disposición del alumno en biblioteca y subido al blog como nueva entrada.
Buen año y a lograr lo mejor de cada uno de nosotros.