18 de agosto de 2015

6° año.Trabajo de Gimena Gonzalez. El tema del flaneur en Baudelaire, Neruda y Poe.

                                                                                                                                                                             

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Propuesta de trabajo individual
Autoría: González Irurueta, Maria Gimena
Liceo Nro. 2 Carmelo/ 6to Ciencias Agrarias
Profesor: Giovanna Piceda


“PRIVILEGIO MARAVILLOSO DE CONVERTIR LO FEO,
AL EXPRESARLO ARTÍSTICAMENTE, EN BELLEZA”
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El movimiento de la cultura europea que inició en los países nórdicos y progreso hacia el sur y el Mediterráneo, es el
Romanticismo, el cual abarcó durante casi un siglo y medio (segunda mitad del siglo XVII y el siglo XIX) todo el viejocontinente. Cabe destacar que éste, había sido ya, anticipado por el prerromanticismo.
Tanto en Italia, como en Francia el romanticismo es tardío en comparación con la literatura inglesa y alemana. En estos dos primeros países anteriormente nombrados, existieron grupos románticos que se opusieron a escritores clásicos,desde 1816 a 1820 respectivamente, las manifestaciones del romanticismo francés se producen más tarde con la
publicación del prefacio de Cromwell (1827) de Víctor Hugo la cual libero la batalla romántica (segunda etapa del
romanticismo francés) y la batalla de “Hernani” (1830) también escrita por el mismo Víctor Hugo. En cuanto a la literatura alemana el romanticismo se da en oposición al arte clásico en aquella famosa frase de Goethe (1749-1832) “loclásico es salud, y lo romántico es la enfermedad” oponiendo así el equilibrio a la agitación. El romanticismo presenta
una nueva concepción del yo: la teoría elaborada por la filosofía germánica. Esta teoría es uno de los elementos dorsalesdel romanticismo alemán. Para Fichte el yo constituye la realidad primordial y absoluta, el yo se afirma así mismo, es unyo absoluto.
El romanticismo fue un movimiento que significó un profundo cambio cultural y que siguió a la disolución de lailustración y del clasicismo a finales del siglo XIX. No solo cambió la manera de concebir el arte sino también de concebir la vida en general. El mundo romántico se opone al mundo humanístico y al ilustracioncita, este nuevo mundo está abierto a lo sobrenatural y al misterio, a lo fantástico lo puramente imaginativo. Nada de lo que es visible y palpable
representa la realidad verdadera, la realidad auténtica es imposible de percibir a través de los sentidos. Para esto existela frase alemana “la nostalgia de algo distante”, el arte romántico consiste en no alcanzar jamás la perfección, los personajes románticos se sienten atraídos por un anhelo indefinible, inalcanzable. A contraposición del clasicismo oneoclasicismo, el romanticismo, además, se caracterizó por la importancia concedida a la libertad artística y a la
personalidad de cada escritor(a sus sensaciones y emociones), por la mezcla de los géneros literarios, por la aparición de
nuevos motivos de inspiración y el abandono del culto por la antigüedad y la mitología, lo que se reemplazó por la admiración hacia la edad media y el cultivo exotismo (relieve que toma el paisaje como manifestación de estados de ánimo, inclinación hacia la melancolía, ). La ironía es otro elemento importante del romanticismo
En cuanto al hombre romántico se presenta con un declarado titanismo, rebelde, altivo y desdeñoso, en contra de las leyes y los límites, desafían a la sociedad y a Dios mismo. Prometeo es la figura mítica que los románticos exaltan con
frecuencia, como símbolo de la condición titánica del hombre.
También Satán se convirtió en otro símbolo para los románticos, proclamando la gloria y la grandeza de su desafío al creador. Otros personajes tomados como símbolos fue Caín, y Don Juan personaje del teatro del1600.
En el hombre fatal del romanticismo vemos muchas características de Satán: desde la fisonomía (faz pálida, mirada impiadosa) hasta el temperamento y los rasgos psíquicos y morales (melancolía indesarraigable, desesperación, rebeldía, inclinación a la destrucción y al mal.
Otras veces son las figuras de los poetas geniales, desgraciados y perseguidos por la sociedad, condenados a la soledad,
incomprendidos por los hombres y que desafían al destino, lo que los poetas exaltan como símbolo de la aventura titánica del hombre.
Dicho movimiento será luego sustituido por el realismo que frenará con el caos romántico, imponiendo objetividad y orden metodológico (seguir las reglas).
Un gran innovador del romanticismo es Francois-René de Chateaubriand (1768-1848), quien puede ser considerado como el más característico representante de un romanticismo que, pese a lo nuevo y revolucionario, no escapaba de lo tradicional.
Si nos enfocamos en el Romanticismo Francés, principalmente en la disolución de éste, algunos relacionados a la crítica y
literatura, reconocen a Charles Baudelaire como un romántico tardío. El romanticismo francés se dividió en tres etapas,comenzando en 1800, etapa de iniciación, con Chateaubriand hasta 1820, donde comienza la etapa de la batalla romántica. Desde 1830 ubicamos la etapa de consolidación, hasta 1843 donde el movimiento pasa desintegrarse como tal y dar lugar a las corrientes post-románticas como lo fueron el parnasianismo, el simbolismo y el realismo. En estemomento, el romanticismo, ya tiene madurez y la época de las polémicas violentas y de la efervescencia propia de los que buscan caminos nuevos tanto en los temas como en la técnica y el estilo había pasado. Es en este transcurso, en realidad, donde se ubica a Baudelaire, en la poesía del XIX en Francia tras el romanticismo, tras ese romanticismo
encarnado en Chateaubriand, Víctor Hugo, Alphonse de Lamartine, Vigny, Musset,  con figuras marginales como la de Gerard de Nerval, fue donde hizo su aparición la obra que inicia por su magnitud y profunda significación toda la poesía moderna, es decir, Les fleurs du mal (Las flores del mal, 1857) de Charles Baudelaire(nacido en París en 1821, muere en
1867). Es una obra muy importante y significante, la cual se ubica en el cruce de caminos entre la aceptación del movimiento y las nuevas estéticas, ubicándose de esta manera en el ocaso del movimiento. Estos intensos poemas señalan el final de la era romántica y anuncian el
simbolismo de Paul Verlaine.
Aunque hemos ubicado a Baudelaire como uno de los últimos románticos, las diferencias entre su poesía y la poesía romántica son mayores que sus semejanzas. La poesía tomó un rumbo tan inesperado como si el Sena (uno de los ríos principales y vía de agua comercial de las regiones de Isla de Francia y Alta Normandía en Francia. ) desviara su curso. Aunque él toma del Romanticismo muchos de sus temas más importantes (su concepción del poeta como un ser
excepcional pero exiliado y solitario, el gran impulso dado al sueño y a las fuerzas irracionales, la valoración de lo subjetivo y de la emoción por encima de la mesura y la racionalidad, e.), estos temas, en suobra, adquieren una condensación y una intensidad que los transforma,muchas veces radicalmente. La poesía de Baudelaire rompe con los moldes
románticos y abre camino a la poesía moderna con
Las flores del mal y a la generación de los
denominados “poetas malditos”: Verlaine y Rimbaud.
Las Flores del mal, es la obra a la que él dedicó toda su vida, porque incluso le incorporó algunos textos que sólo se conocieron después de su muerte: “El único elogio que solicito para este libro es el de que se reconozca que no consiste
en un puro álbum, que tiene comienzo y fin. Todos los poemas nuevos se han hecho para ser adaptados a un cuadro singular que yo había escogido”, le escribe a Alfred de Vigny. Baudelaire deja en la crítica del arte una importante huella.
El título de su obra, “Las flores del mal”, refleja el tratar de extraer la belleza del mal; fue difícil para Baudelaire encontrar el título indicado, pero finalmente se decidió, sus palabras fueron “Me pareció entonces más interesante y tanto más agradable, cuanto más difícil, tratar de extraer la belleza del mal”, título provocador.
El libro se publicó con un tiraje de 1320 ejemplares y constaba de 101 poemas, pero esta primera edición está lejos de la que se conoce actualmente, posteriormente se incorporaron 35 títulos más.
Este libro se compone de diferentes partes. Principalmente del título y la dedicatoria a Theòphile Gautier,  ambos elementos paratextuales. El libro en si se compone, en primer parte, por el poema introductorio “Al lector”, el cual es la introducción del libro y resumen
de toda la estética de Baudelaire (es parte del libro, pero no forma parte de
ninguna sección) y un poema que cierra el libro “Epígrafe para un libro
condenado” incluido en forma póstuma (no incluido en las dos primeras ediciones pero sin duda pensado como corolario; es una advertencia pero que en este caso se planteó luego
de los poemas), entre ambos aparecen seis secciones:
Spleen et Idéal (Spleen e ideal)
Tableauz Parisiens (Cuadros parisinos)
Le Vin (El vino)
Fleur du Mal (Las flores del mal)
Révolte (Revolución)
La Mort (La muerte)
Y además, se compone de un conjunto de veinticinco poemas que sus
editores incorporaron en la edición completa realizada luego de su muerte,
reunidos como “Poemas agregados”.
Ilustración 2 LAS FLORES DEL MAL- CHARLES
BAUDELAIRE (Ediciones Cruz del Sur)
La dedicatoria al poeta, narrador y crítico de arte y de teatro, el francés
Theóphile Gautier, amigo de Baudelaire, se ubica en el movimiento post moderno denominado parnasianismo. Dedicatoria del autor:
“AL POETA IMPECABLE, al perfecto mago en las letras francesas
MAESTRO Y AMIGO THÉOPHILE GAUTIER,
A
mi muy caro y muy venerado
con los sentimientos de la más profunda humildad dedico
ESTAS FLORES ENFERMIZAS”
C.B
A continuación el poema introductorio:
Al lector
Charles Baudelaire
La necedad, el error, el pecado, la roña,
ocupan nuestras almas, desgastan nuestros cuerpos;
y como los mendigos alimentan sus gusanos,
así nutrimos nuestros blandos remordimientos
Nuestro pecado es terco, nuestra contrición floja;
nos hacemos pagar caro lo confesado,
y felices volvemos al camino fangoso,
creyendo con viles lágrimas lavar nuestras manchas.
En la almohada del mal es Satán Trismegisto
quien largamente mece nuestro ser hechizado,
y el rico metal de nuestra voluntad,
integro lo evapora ese químico sabio.
Apretado, bullendo, como un pueblo de helmintos,
un pueblo de Demonios hierve en nuestras cabezas,
y cuando respiramos, la Muerte a los pulmones
baja, río invisible, con apagadas quejas.
Si el tósigo, el estupro, el puñal, el incendio,
de agradables dibujos no ornaron todavía
el banal cañamazo de nuestra pobre suerte,
es, ay, porque nuestra alma no es bastante atrevida.
Pero, entre las panteras, los monos y los linces,
los buitres, escorpiones, serpientes y chacales,
los monstruos aulladores, rampantes, gruñidores,
de todos nuestros vicios en la leonera infame,
¡hay uno que es más feo, más inmundo, más malo!
Sin lanzar grandes gritos ni mostrar grandes
¡El Diablo es quien maneja los hilos que nos mueven! gestos, convertiría a gusto la tierra en un despojo
En cosas repugnantes encontramos encantos; y tragaría el mundo en un solo bostezo.
y sin horror, en medio de tinieblas hediondas,
cada día al infierno descendemos un paso.
¡Es el Tedio! -de llanto involuntario llena
la mirada, su pipa fuma y sueña patíbulos.
Tal como un depravado pobre que besa y muerde Tú conoces, lector, al delicado monstruo,
el seno magullado de una vieja ramera, hipócrita lector, -mi prójimo-, ¡hermano mío!
robamos de pasada un placer clandestino
que exprimimos bien fuerte como naranja seca.
Baudelaire fue un atento crítico de su obra y supo verla como un todo y además, desde el lector. ¿Para quién
escribo? Parece haber sido una pregunta que lo acompañaba en el momento de la creación.
El llamado mal del siglo, que a partir de Chateaubriand parecía la norma predominante del romanticismo y que consiste en la soledad y la melancolía profunda del poeta, los sentimientos más clásicos de los románticos. En Baudelaire se transformarán en tedio, hastío, “spleen” un sentimiento más radical, que incluye el asco de sí mismo y que implica una inmóvil e impotente desesperación. Mientras el poeta romántico, encontraba casi siempre reposo en la naturaleza o en sí mismo, la poesía de Baudelaire, en cambio, nos muestra a alguien que
para escapar de la trivialidad del mundo o del fracaso en su intento de alcanzar el ideal o la belleza pura, vuelve a sí mismo para hundirse en la perversidad que lo llevará a la destrucción y la muerte. “Lo que siento es un inmenso descorazonamiento, una sensación de aislamiento insoportable, un miedo perpetuo a una desgracia vaga, una desconfianza completa de mis fuerzas, una ausencia total de deseo, una imposibilidad de
descubrir distracción alguna, me pregunto sin cesar para qué esto, para qué aquello, ese es el verdadero espíritu del spleen, no me acuerdo de haber caído nunca tan bajo ni de haberme arrastrado tanto tiempo en el hastío” (Baudelaire, 1856).
Hay una manera peculiar y muy compleja por medio de la cual el poeta se acerca a la noción de spleen, esto es, la angustia que se origina al extinguirse la novedad de lo real, el hastío producto de la rutina cotidiana, o la sensación de “incomunicación con el entorno”. Lo que hace Baudelaire, tal como nos lo declara él mismo en el epílogo del libro, es subir hasta el lugar desde el cual puede contemplarse en su amplitud la ciudad, lecho de
toda languidez existencial, y enterarse de la manera en que en la calle, el burdel, o las casonas, se produce  encuentro del hombre con su vida.
La sección Spleen et Idéal (Spleen e ideal) es un conjunto de correspondencias, concepto que anticipa otro movimiento post romántico denominado simbolismo (movimiento.poético francés).
Por otro lado, otro dato importante es que la segunda sección Tableauz Parisiens (Cuadros parisinos) fue agregada en la segunda edición del libro, no figuraba en la de 1857, pero si por primera vez en 1962. La
protagonista de todo el libro y especialmente de esta segunda sección es la ciudad, y especialmente París.
Quizás nada para él podría ser entendido fuera de los reconocibles límites de París. Baudelaire muestra de París, su grandeza y su estupidez.
“La facultad de ver en el desierto de la gran ciudad, no sólo al decadencia del hombre sino también una belleza misteriosa y hasta entonces no descubierta” palabras por Friedrich, así también concibe la modernidad Baudelaire. La crítica coincide en señalar el tema ciudadano como una de las renovaciones más perdurables que Baudelaire introdujo en la poesía del siglo XIX. Pasar de recorrer maravillosos paisajes de bosques y montañas, con la poesía de Vigny (1797-1863) y de Víctor Hugo (1802-2885), a penetrar en una habitación secreta de íntimos y umbrosos ecos, con penumbra de lámparas, destellos de joyas, cristales y desnudeces lustrosas, sensualidad de pieles y perfumes refinados, a través del balcón, la ciudad dormida y silenciosa. Su mundo ideal está figurado como una arquitectura, porque su mundo real es una arquitectura, una naturaleza urbana, es decir, una naturaleza que no es más naturaleza. Su poesía surge de la singular posición del hombre en medio de la nueva civilización, de su sentimiento cada vez más profundo de soledad, de la sensación de inseguridad que se oculta tras la confianza en el progreso, de la creciente deshumanización de
ese nuevo mundo con toda la artificialidad , de sus ciudades, de su asfalto, su culto por la velocidad, su alejamiento de la naturaleza y de los ciclos naturales, trastocados por la luz artificial, la vida nocturna, la eliminación del verdor característicos de la naturaleza, etc. Pero, al mismo tiempo, la ciudad, ejerce una atracción misteriosa que fascina con su despliegue al hombre. Para el poeta surge entonces, la posibilidad de
convertir en obra de arte la causa misma de su angustia.
“Lo moderno es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte” siendo la otra mitad, “lo eterno, lo inmutable”. Esto es lo que debe hacer el poeta moderno según Baudelaire. Por otro lado, el poeta moderno tiene el “privilegio maravilloso de convertir lo feo, al expresarlo artísticamente, en belleza”; y es entonces que“el dolor ritmado y articulado llena el alma de plácida satisfacción”. La poesía de Baudelaire surgirá entoncesde esa doble experiencia del hombre frente a un mundo en plena transformación, donde la gran ciudad, no exenta de atractivos y que nos fascina, parece competir con la naturaleza que por otra parte subsiste e irradia en medio de ella provocando por el contraste entre ambos, un nuevo tipo de belleza. Encontramos repetidasveces, en su obra, ejemplos que reflejan ese contraste. Como la iluminación a gas junto al cielo crepuscular; elviento, la brisa junto al estrépito de los ómnibus, entre otros. En “Les petites vieilles” (Las viejitas): luego dellamarlas “monstruos quebrantos” dice: “se arrastran azotados
por las brisas inicuas, estremeciéndose ante el estrépito de los ómnibus”. El viento y el estrepitoso rodar de ómnibus sacuden ambos a esas viejitas.
Baudelaire rechaza la naturaleza y escoge la ciudad para pensar su poesía, porque es aquí, en una creación del hombre, en un ambiente anti natural muchas veces corrompido, donde
encuentra más amplios ecos su meditación sobre el mal. El ángel caído, lleno de nostalgia por el paraíso primero y natural, reflexiona en este corazón ciudadano que se ha alejado de la naturaleza primitiva, para profundizar en el desarraigo esencial en el que ha crecido la cultura del hombre moderno; el pecado original.
Las Flores del Mal presentan, además, otro tema que será también retomado por la poesía moderna: la ciudad fascinación, pero también con sus miserias, sus criminales y sus borrachos. No sólo se incorporan los productos más de nueva sociedad, sino que se afirma incluso que debemos buscar en ellos los nuevos “héroes de nuestro tiempo”. A
reconoce la fascinación que produce la ciudad, hechizo que puede provenir hasta del horror.
La ciudad, París concretamente, se presenta sobretodo en la sección Tableauz Parisiens (Cuadros parisinos).
La estructura interna de esta sección, es un ciclo que muestra un intento de salida al mundo exterior de la gran ciudad, queda vertebrada en torno a tres pilares temáticos fundamentales:
 Dos primeros poemas urbanos introductorios, “Paisaje” y “El sol”, donde aparecen ya los elementos que luego se van desarrollando y modulando en los poemas posteriores.
 El poeta incluye cuatro poemas sucesivos (tres de ellos dedicados a Víctor Hugo, cuyo estilo imitan) en los que recoge su interés por los temas sociales, su solidaridad con los marginados y su inmersión en los bajos fondos urbanos: “A una mendiga pelirroja”, “El cisne”, “Los siete viejos” y “Las viejecitas”. Le continúan cuatro poemas interrelacionados por el motivo del viaje parisino y la mirada (“Los ciegos,“Recogimiento”, “A una transeúnte” y “El esqueleto labrador”). Los tonos sombríos de este último poema introducen la.última parte de la sección.
 Una serie de piezas que hacen referencia a sucesos nocturnos. Se abre con el ocaso (“El crepúsculo de la tarde”) y se cierra con el alba (“El crepúsculo matutino”), con el que acaban también esta sección,dando paso a la siguiente sección: Las flores del mal.
A lo largo de Tableauz Parisiens (Cuadros parisinos), encontramos un escenario de miseria, pero también dela derrota del hombre ante lo absoluto. En la ciudad, más desnudo e indefenso que en contacto con la naturaleza, el hombre se pone en contacto directo con su situación ante el destino.
“Yo no soy incapaz de enternecerme con los vegetales, y mi alma es rebelde a esta nueva y singular religión
(...) siempre he pensado que existe en la naturaleza, floreciente y rejuvenecida, algo de impúdico y afligente
(...).
En el poema perteneciente a esta segunda sección, “Le crépuscule du soir” (Crepúsculo de la Tarde), bajo un título que parece anunciar la presencia de un ámbito natural, comienza el primer verso de la siguiente manera: “He aquí la noche,
amiga del criminal” donde existe un choque ente lo “encantador” y lo “criminal” que busca sorprender al lector y obligarlo a rehacer su punto de vista y a seguir el poema sin pre conceptos. Más a delante, en el mismo poema, el vientose mezcla con la vida nocturna y con las luces artificiales; “A travers les leurs que tourmente le vent/ La prostitution s ́
allume dans les rues;” (A través de las luces que el viento hace oscilar, Enciéndese la Prostitución en las ceras;”, en esta observación, notamos que Baudelaire tiene la voluntad de poetizar incluso lo más despreciado. Ya no es de día, la luz del sol se apagó y es sustituida no solo por los faroles que el viento personificado hace oscilar sino también por la que la
prostitución enciende como expresión de esa ciudad moderna, con sus colores llamativos, pero fríos, despersonalizados.
En lugar del sentimiento o del goce sincero, nacido del amor, tenemos la prostitución, el placer comprado, el predominio del dinero. Como vemos, se trata de la pérdida o degradación de los valores, de la pérdida del sentido de las relaciones humanas, poniéndoles precio. Pero Baudelaire no era un moralista, o no lo era en el sentido común. Rescata en su poesía los seres más despreciados por la misma sociedad que sirve de ellos.
En relación con la visión de la ciudad por parte del poeta francés, Baudelaire, encontramos el concepto de flaneur (caminante urbano) planteado por Walter Benjamín (crítico contemporáneo). En la posmodernidad del entorno urbanístico que nos es propio. El flanèur, es una suerte de topógrafo urbano capaz de descifrar en todos sus aspectos a
la Ciudad yaque en ésta, como en su casa (Benjamin, 1991; 51), principalmente porque al recorrerla, al callejearla, al estar inmerso en su accesibilidad, movilidad y equipamiento urbano, la intuye, la destruye y la vuelve a construir. Flaneur y la ciudad por parte de Baudelaire.
El flaneur es un paseante solitario y observador que sale a fatigar las calles de la ciudad y se prende entre el tráfico y la masa anónima. La muchedumbre es un dominio, su pasión, su profesión es el desposarse con las multitudes. La tarea del artista moderno consiste en extraer lo eterno de lo transitorio, de la escena fugaz.
La poesía de Baudelaire no puede existir sino en la gran ciudad. El refugio en la naturaleza recurso de sus precursores románticos es descartado por el autor. “El campo me es odioso, el sol me agobia, háblame de los cielos parisinos que son siempre cambiantes... el agua corriente me es insoportable, la quiero prisionera, encadenada entre los muros geométricos de un muelle”.
El tan conocido poema, “Crépuscule du soir” Crepúsculo de la tarde, que como ya se dijo, forma parte de Cuadros Parisinos(1862), es un poema que presenta la multitud de gente en el contexto de la ciudad de parís, el sitúa la poesía en
la ciudad, sacando todo lo “malo” por así decirlo de ella. La ciudad ya oscura, como lo denota del título, la noche protagoniza el momento que Baudelaire no deja pasar por alto, y ya en el comienzo del poema, la presenta como lo prohibido, lo calamitoso y principalmente la presenta como “amiga del criminal”. Describe la ciudad en su totalidad,mientras algunos en este momento del día salen de sus trabajos para irse a casa, la noche permite a criminales y prostitutas ejercer mejor su trabajo por ejemplo, y esto dicho de una forma poética como bien sabe Baudelaire.
Nos trasmite que debemos andar cautelosamente por las callen en la noche de aquella ciudad “Recógete alma mía, entan grave momento, y cierra tus oídos a ese desbordamiento”.  Como ya se dijo, destacando los personajes más despreciados, más miserables de aquella “Las mesas públicas donde el juego hace primores de rameras colmadas, se veny estafadores, y pronto van también a empezar los ladrones...”. A todo momento se refleja el contraste entre lo natural y
artificial dentro de un mismo lugar, o mejor dicho, en una sola cosa. Y esa multitud que pertenece a allí, tan característica de todos los poemas dentro de esta segunda sección, siempre presente en su obra, es siempre la de la de la metrópolis superpoblada y ofrece el aspecto de  algo amorfo, impersonal e indiferente. Baudelaire al tratar este tema, tiene una particularidad, él se interna en medio de aquella multitud, no sólo la contempla. Se vuelve cómplice de ésta y allí busca rescatar lo que la multitud tiene de embriagador y al mismo tiempo que sufre por su indiferencia y su aspecto amenazador. Más aún, muchas veces, a través de ella encuentra lo singular, lo poético, en ella buscas sus temas porque
ya no se trata de una realidad exterior y que le es ajena, sino de una de las condiciones de su vida, de algo que le es propio, como se ve en muchos de sus poemas y sobre todo en los “Tableaux Parisiens”.
La soledad del hombre en medio de la multitud y el carácter amenazante de ésta, ya había sido tratada por Edgar Allan Poe (1809-1949), particularmente en su cuento: “El hombre de la multitud”, donde el alude al concepto de flaneur
indirectamente. Se encontraba en un atardecer de otoño, en la bella ciudad de Londres, sentado en un café de una de las principales avenidas de la ciudad, junto a la ventana, donde era posible captar aquella imagen la cual protagonizaban los propios londinenses. Poe, con su cigarro en los labios y un periódico en las rodillas, hablaba de todas y de cada una de
las personas que pasaban por allí, una gran cantidad de personas, una multitud. “Nunca me había hallado a esa hora en el café, y el tumultuoso mar de cabezas humanas me llenó de una emoción deliciosamente nueva”. Se refería a la diversidad de vestimentas, apariencias, actitudes, rostros y expresiones. Pero es entre todo ese tumulto que encontró al
hombre de la multitud, aquel que le llamó tanto la atención ya que no pudo en el primer instante que lo vio, descifrar el tipo de persona que era. Pues entonces, Poe, ahora, se convierte en uno más de la multitud al perseguir a este señor.
Cesa de perseguirlo, ya que durante más de 24 horas el hombre iba de aquí a allá, con una actitud cambiante, que no le permitió a Poe lograr conocer sobre él y quedó entonces sumido en su contemplación. Refiriéndose en el final “-Este viejo – dije por fin- representa el arquetipo y el genio del profundo crimen. Se niega a estar solo. Es el hombre de la
multitud. Sería vano seguirlo, pues nada más aprenderé sobre él y sus acciones. “
Sin lugar a dudas, se refleja la cotidianeidad que disipa las huellas de los individuos en la multitud de las grandes metrópolis. Excepto la de este hombre que tanto llamó la atención del narrador.
Las grandes ciudades tienen como consecuencia, en general, la despersonalización, la indiferencia de la persona en la muchedumbre.
Por otro lado, encontramos relacionado al andar por la ciudad, y contar de ésta, de lo que se ve, de lo que se siente,encontramos otro poema, esta vez, escrito por un poeta más contemporáneo como lo es Pablo Neruda. El poema es “Walking around” perteneciente a “Residencia en la tierra”.
Cansado de ser hombre, describe la situación en la que se encuentra, destaca el cansancio. Como todo flaneur,el protagonista es un paseante solitario, cansado del tedio de la ciudad, “navegando en un agua de origen y ceniza”.
“El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos, sólo quiero un descanso de piedras o de lana, sólo quiero no ver
establecimientos ni jardines, ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.” Además, se cansa de sí mismo. Sin dudas, podemos relacionarlo con las palabras de Baudelaire acerca del hastío, del spleen “lo que siento es un inmenso descorazonamiento...” anteriormente citadas al abordar el concepto de Spleen por el poeta.
Una gran diferencia, es la forma chocante de describir lo que se percibe a través de los sentidos por parte de Neruda, “sin embargo, sería delicioso asustar a un notario con un lirio cortado o dar muerte a una monja con un golpe de oreja”,
“cruzo oficinas y tiendas de ortopedia, y patios donde hay ropas colgadas de un alambre: calzoncillos, toallas y camisas que lloran lentas lágrimas sucias”. “Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos colgando de las puertas de las casas”
“Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas, a hospitales donde los huesos salen por las ventanas, a ciertas
zapaterías con olor a vinagre, a calles espantosas como grietas”. Existe entonces, un claro rechazo del ambiente
contemporáneo. El yo lírico da forma a la ciudad moderna entre todo el poema. Nos da imágenes oscuras como las
tinieblas, la tumba, el petróleo que elucidan su estado arruinado. Él describe las características de su ambiente como“las tripas mojadas de la tierra” y compara las calles y los ciudadanos con una “bodega con muertos, aterido”.
En las tres obras entonces, está claramente plasmado el concepto de flaneur. El paseante solitario capaz de descifrar la ciudad en todos sus aspectos, ya que ésta es como su propia casa.

1 comentario:

  1. Quiero compartir en este blog que contiene todo nuestro curso 2015 este excelente trabajo como forma de valorar aquellas producciones hechas con dedicacion y responsabilidad, una gratificación leerla, no será la única digna de compartir

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