Raymond
Carver, sucio
y minimalista
MILAGROS ROMERO
Raymond Carver
(1938-1988) fue un escritor estadounidense, cuyos cuentos breves
impusieron lo que los críticos llamaron “realismo sucio” ya que
en su mayoría, las obras muestran aspectos sórdidos de la realidad.
La escritura de Carver es sencilla, lo que no significa que sea
simple; es directa, sin adornos y refleja lo cotidiano de la vida,
con un toque pesimista y triste.
Escribió cuatro
libros de cuentos, en los que están contenidas las obras que
escribió en vida. El primero llamado “¿Quieres hacer el favor de
callarte, por favor?” de 1976, consta de veintidós producciones
donde se encuentra el cuento con el mismo título del libro, una obra
que abarca una situación de infidelidad entre la pareja del narrador
y un amigo de ambos, dicha situación delimita el lugar de acción,
un espacio donde todo ocurre, matrimonios
jóvenes con hijos pequeños, precariedad laboral, posible
alcoholismo, angustia, miedo y una soledad frustrante porque es el
resultado de la incapacidad de llegar al otro y no el producto del
abandono; se destacan
aspectos importantes sobre el autor, como el hecho de escribir sobre
amoríos, o violencia en grados mayores; una obra que puede ser
apreciada en el momento a leer. Su segundo libro llamado “Catedral”,
fue lanzado en 1981, compuesto por doce relatos; el tercer libro
publicado “De qué hablamos cuando hablamos de amor” de 1981
también, contiene, entre otros, los textos “Mecánica popular”
que a principios fue publicado en tres periódicos con diferentes
títulos (“Pequeñas cosas”, “Mío”, “Otras historias”),
hasta que ingresó al libro mencionado anteriormente y con el
definitivo. Se puede decir que el título es metafórico, se vuelve a
destacar la agresividad entre personajes “(…)
— ¡Estoy
contenta de que te vayas! ¡Estoy contenta de que te vayas! —gritó—.
¿Me oyes? /
Él siguió metiendo sus cosas en la maleta.
— ¡Hijo
de perra! ¡Estoy contentísima de que te vayas!—.Empezó a
llorar—. (…)”.
Su comienzo es abrupto “Aquel día, temprano,
el tiempo cambió y la nieve se deshizo y se volvió agua sucia.
(…)”, y se aprecia una característica la cual Carver rechaza
afirmando que no se identifica con ella, el minimalismo, aquello que impone lo mínimo, como carencia de descripción del
ambiente y también de personajes, a estos últimos no se les
adjudica un nombre, por lo tanto adquieren universalidad. Este texto
carece de la estructura clásica de los cuentos y su final es abierto “(…) Así, la
cuestión quedó zanjada.”. En sus escritos se aprecia el reflejo
de la realidad, tuvo la habilidad de capturar escenas cotidianas y
plasmarlas, escenas que a cualquier humano le podrían suceder.
Su otra obra
contenida “El padre”, presenta características similares a las
anteriores mencionadas. Su comienzo es abrupto “El bebé estaba en
una canasta al lado de la cama, y llevaba puesto un pelele y un gorro
blanco. (…)”, los lectores de la misma se podrían preguntar si
es un cuento o fotograma, debido que captura escenas del momento
familiar e intimista. Se resalta el realismo sucio, utiliza la
técnica de omisión, nos dice menos de lo que sugiere; es complejo y
simple a la vez. En el título le da importancia al padre, personaje
que solo es nombrado al final de la obra,
“(…) — ¡Papá no se
parece a nadie! —dijo Alice. / (…)
Y todas salvo la abuela
miraron al padre, que seguía sentado en la cocina. Se había dado
la vuelta en su silla y tenía la cara pálida y sin expresión.”.
Contiene diálogos, algo exaltado, y los protagonistas son innombrados
mientras que los secundarios tienen denominación. De igual manera se
denota el minimalismo.
Por último, su
cuarto libro publicado fue “Tres rosas amarillas” en 1983, que
reúne siete cuentos, l uno de ellos lleva el título del libro y fue
escrito en honor a Chejov, cuentista ruso, su maestro.
Luego de analizar
estas obras mencionadas, se notan las características y aspectos
desde los que Carver se basó para escribir sus breves, pero exitosas
producciones.
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