LAS CUITAS DEL JOVEN WERTHER.
GOETHE.
GOETHE.
Karen Depratti, Ángela Díaz. Valery Montes de Oca. Anaclara Roselli. Micaela Silva.
Bentancur Agustina , González Sol, Marzat Oriana,
26 de mayo
En 1774 Goethe
públicó “Las cuitas del joven Werther”, una novela con estructura epistolar, escrita en forma de cartas, ordenadas cronológicamente. El receptor de
dichas cartas era su amigo Guillermo, el cual podríamos decir que en la novela,
es la conciencia del joven Werther, a quien comunica sus decisiones y pide
consejos.
Esta novela con
relato autobiográfico se encuentra dividida en dos secciones, el primer libro,
el cual da comienzo a la novela el 4
de mayo de 1771 y finaliza con la carta de diciembre de 1772; en cuanto al
segundo libro, el mismo está escrito por el editor, quien completa la historia
del personaje con los documentos que recopila, como lo dice el editor en el prólogo
“he recogido con afán todo lo que he podido encontrar referente a la historia
del desdichado Werther…”, éll intenta contar la historia de la forma más
objetiva.
Esta obra
literaria significa en la literatura alemana el surgimiento de un estilo
sumamente abierto hacia la integridad de la vida humana, el cual recibió el
nombre de pre-romanticismo, se comenzó a afirmar el predominio de los sentimientos frente a la razón. Este movimiento se da en el siglo XVIII, en Europa, el concepto abarca tendencias estéticas y las manifestaciones de
sensibilidad en este siglo. Esta literatura va más allá de las reglas, los
escritores expresan sus sentimientos más tristes y exaltados, mediante una
relación entre la naturaleza y el yo, de esta forma el personaje podrá expresar
los estados del alma a través de la naturaleza. La libertad de esta literatura
permite que los sentimientos sean desbordados en forma de confesión, provocando
en los lectores diversas reacciones afectivas.
La siguiente carta fue escrita el 26 de mayo de 1771, ésta describe el momento en el cual el
personaje está en total plenitud.
La carta
comienza describiendo la ubicación de la aldea en la que Werther vive
transitoriamente. Se encuentra a una legua de la ciudad de Wahlhelm. La aldea
está situada en el pie de una colina, en la salida de la misma se halla una
vereda que cruza una loma allí hay una señora mayor que tiene un pequeño
puesto, donde vende vino cerveza y café. Frente a la iglesia se haya una
plazoleta con una gran variedad de árboles, rodeada de casas rusticas, cortijos
y chozas.
En el primer párrafo de la carta del 26 de
mayo, Werther le recuerda a Guillermo y nos informa a nosotros su forma de
alojarse, “…mi costumbre de (…) genero de comodidades…”; su forma de vivir es
hacerse una cabaña sin muchas comodidades en algún lugar recóndito, le dice a
su amigo que encontró un sitio ideal.
Más adelante nos cuenta de su lugar
preferido en esta pequeña aldea “Lo que más me encanta (…) delante de la
iglesia.”, es estar a la sombra, podemos deducir que estos están ubicados a la
mitad del pueblo, ya que dice que estos tilos están ubicados en una plazoleta
en frente a la iglesia, y en la antigüedad la iglesia se encontraba en medio
del pueblo.
Todos los días se sientan bajo los árboles
con una mesa y una silla, y tomando café “Hago que (…) y leo a Homero.”.
En la aldea Werther se encuentra con un
perfecto escenario artístico, con una naturaleza inspiradora para el amor y el
arte, “Esto me aferro a mi propósito (…) a los grandes artistas.”. Por lo
contrario en la ciudad Werther se siente solo y podemos decir que esta
depremido “…en esta cabaña, en la soledad, en esta cárcel…”. También cuando
inicia su trabajo con un embajador, éste le hace pasar malos momento, ya que
nunca está satisfecho y no hay forma de contentarle; sin embargo en todo este
tiempo conoce al conde C, Werther lo ve con un alma buena, de corazón frio, con
el cual genero una relación de amistad “He hecho conocimiento con el conde C
(…) esa persona de superior inteligencia, no es, sin embargo un corazón
gélido…”. También conoce a la señorita B una mujer que posee gran belleza, pero
no se puede comparar con la de Carlota “Solo una criatura eh visto aquí digna
de nombre de mujer: la señorita B. Se parece a mi querida Carlota, si es que
algo puede parecérsete.”. Estas amistades que el personaje forja en este lapso
de tiempo se terminan al momento en el que el conde C realiza una tertulia, a
la cual en joven Werther, sin embargo el conde C le pide que se retire ya que la
gente de allí, estaban desconforme con su presencia “-Ya conoces- me dijo-
nuestras costumbres. He observado que la gente en general está disconforme de
verte aquí y aunque yo no lo desearía, por nada del mundo…”; y la relación con
la señorita B, se acaba cuando su tía, al verlos conversando en la tertulia le
exige a la señorita que cortaran todo trato “-Mi tía- continuó-, al que ya
conoce, estaba presente ¡Que disgusto le dio verme conmigo! Werther, ayer por
la noche 1y esta mañana he tenido que sufrir un sermón por ser su amiga y me he
visto forzada a oír que lo insultaban, que lo humillaban, sin poder defenderlo,
sin intentar a hacerlo más que a medias.
Al suceder esto, Werther renuncia a su
trabajo y continua su camino yendo a su querida y tranquila aldea, en la cual
nació, para recordar sus días de infancia, buscando satisfacer sus deseo.
Rememora el trágico momento de la muerte de su padre y el momento en el que su
madre toma la decisión de mudarse a la ciudad, la cual el describe como
horrorosa, “Marcho mañana y como solo son seis millas de camino al lugar donde
nací, quiero volver a verle y recordar mis días de infancia que fueron como un
sueño. Deseo entrar por la misma puerta por donde salí con mi madre cuando,
después de fallecer mi padre, abandono esta querida y tranquila aldea, para
encerrarse en esa horrorosa ciudad.”
Luego, él va a vivir a la casa de campo
del príncipe, en la cuan estuvo un
tiempo, pero después, él dice que se traslada de un lugar a otro, en busca de
su lugar, el cual nunca encontrara, ya que el solo desea estar junto a Carlota
“A donde deseo ir? Te lo diré con confianza. Estaré aquí unos quince días y
luego hare creer que deseo visitar las ruinas de ***, aunque en realidad no hay
nada de ello; solo quiero acercarme a Carlota, esa es la verdad. Me rio de mi
propio corazón a al fin concluyo por hacer lo que él de
Caceres Alan, Harispe Isabela, Imbernó Jimena
16 de junio.
Werther comienza
caracterizando a Carlota como alguien que “interesa su corazón” y que ha conocido a la
“más amables de las criaturas”, luego se refiere a ella como “ángel”,
“perfecta”, la idealiza, un ser divino.
“Yo no podré decirte cuan perfecta es y por qué es perfecta” se le hace
imposible explicarlo ya que ha esclavizado todo su ser como él dice.
Se presenta un sentimiento amoroso hacia ella, y lo relaciona como algo
angelical, hasta ahora solo sabemos como Werther la ve, ya que aún no sabemos
quién es.
Es mucho mas lo que siente que lo que puede decir al respecto de sus
sentimientos hacia ella, esto se ve reflejado en el siguiente fragmento:
“Otra vez…no quiero contártelo enseguida. Si lo dejo, no lo haré nunca, porque
(dicho sea, para nosotros) desde que he comenzado esta carta, tres veces he
tenido intención ya de soltar la pluma, hacer ensillar mi caballo y marcharme”,
además, aquí al mencionar al caballo hace referencia a que es su único medio en
el que puede llegar a ella, el no quiere escribir sobre ella, sino estar con
ella.
Finalmente, sus ganas de verla lo vencen y va a la casa a verla.
Luego parece que si puede comenzar a contar como conoció a la mujer a la cual
le tiene tanto amor.
siendo la mujer el centro. “Contemplaron mis ojos el espectáculo más encantador
que he visto en mi vida”, “…saltaban alrededor de una hermosa joven, de mediana
estatura, vestida con una sencilla túnica blanca…”
sigue contemplando la belleza y sencillez de esta mujer.
Cuando Werther y Carlota establecen una conversación, Werther se olvida del
resto, está muy concentrado escuchándola hablar con sus gestos.
En el baile Carlota al preguntar por Alberto, en ese momento comienza la tormenta
que se aproximaba “Aún duraba el baile cuando los relámpagos que desde mucho
antes esclarecían el horizonte…”
Werther al preguntarle a Carlota sobre quien era Alberto como si no supiera, y
ésta contestarle “Alberto es un joven muy apreciable al cual estoy prometida”,
Werther se atormenta por dicha respuesta y el clima refleja su estado de ánimo.
Bentancur Agustina , González Sol, Marzat Oriana,
21 de junio
Comienza exaltando su estado de ánimo y lo compara con Dios, lo cual hace que parezca un
estado de felicidad inmensa, “Pasó unos días tan felices como los que Dios reserva a sus
elegidos…”, el personaje expresa que nada podrá opacar la felicidad que siente por
encontrarse en ese lugar, lo goza aún mas ya que esta cerca de Carlota.
Se plantea que ha dedicado tanto tiempo por paseos increíbles, nunca pensó que una casa de
campo se transformaría en el mayor de sus deseos, compara el lugar con el cielo, símbolo de
paraíso, libertad, sueños, así lo muestra en el siguiente fragmento “Cuando elegí a Walheim por límite de mis excursiones, ¿Cómo hubiera yo podido figurarme que estuviese tan cerca del
cielo? “. Werther cuenta que ha reflexionado ya que siempre sigue lo que siente en el
momento, buscarse límites sin pensar en las consecuencias, no tiene un objetivo o un sueño
fijo. Le describe a Guillermo la belleza de la naturaleza la cual contempla todos los días,
aunque parece que estando allí no necesita nada más, siempre vuelve sin encontrar lo que
busca o lo que cree que busca. Se siente tan pleno en la naturaleza que desea entregarle todo
su ser.
22 de agosto
Comienza diciéndole al amigo que se siente inquieto, las ganas de hacer algo lo consumen pero, sin embargo, termina no haciendo nada; ya no goza de estar en ese lugar, no lo conmueve lo que ve y ya no siente a la naturaleza como un refugio, lo que antes le daba placer ahora le da fastidio viéndolo en este fragmento “Mi imaginación y mi sensibilidad no se conmueven ante la naturaleza, los libros me causan tedio”. El personaje se siente insuficiente, perdido. Ya no se siente satisfecho con su vida actual, desea una vida que no tiene o que ya dejó atrás, hasta llega a envidiar la vida de alguien más “Envidio con frecuencia a Alberto cuando le veo enterrado en papeles hasta los ojos”. Este cree que valoraría y sería feliz estando en su lugar. Se plantea aceptar un trabajo ya que le han insistido para que lo tome, lo piensa y reflexiona pero al final termina rechazándolo. El personaje se plantea si ese estado de ánimo será por esa insoportable impaciencia que lo persigue por todas partes. Werther escapó y dejo mucho atrás, fue a este lugar creyendo que su vida cambiaría, ahora que está en otro ´´eelugar se siente insatisfecho, se plantea si el problema es el lugar o él mismo.1- “Las cuitas del joven
Werther” es una novela epistolar publicada en el año 1774. Esta novela está
escrita en forma de cartas que cuentan la vida del personaje durante dos años,
las mismas están destinadas a un receptor con el cual tiene una relación íntima
de amistad.
“Las cuitas del Joven Werther” es una novela
epistolar escrita en el año 1774, que narra los dos últimos años del personaje
desde Mayo de 1771 hasta Diciembre de 1772.
Ducha novela fue escrita en el
pre-romanticismo, el cuál presenta una nueva visión del paisaje y de la
naturaleza, ya no se trata de más capacidad descriptiva del mundo exterior como
una visión del personaje, es decir, entre la naturaleza y el “yo” se establecen
relaciones afectivas como los árboles, lagos que se asocian a los estados del
alma en el cual el escritor vuelca en ellos emociones y sueños.
Comenzando el análisis de la carta de 12 de
Diciembre, se reconoce una comparación entre el estado de ánimo que presenta el
personaje con los del espíritu maligno, tanto que ni él mismo puede entender lo que le está sucediendo. Su estado
de ánimo es tan sofocante que provoca que pase las noches vagando por lugares
desiertos donde abunda la estación enemiga
intentando huir de si mismo.
Continuando con un paralelismo psico-cósmico
entre la naturaleza y el estado de ánimo, además de esto podemos destacar que esta carta está escrita en
Diciembre, donde ya sobre él predomina la muerte, es así que intenta refugiarse
en la naturaleza. “Me dirigí a él cuando rayaba la medianoche y presencie un espectáculo
aterrador”, son tan negativos sus pensamientos y sentimientos que hacen que
compare a la naturaleza con algo tenebroso, desbordado como sus sentimientos.
“Vi desaparecer el valle; vi en su lugar un mar
rugiente y espumoso, azotado por el soplo de los huracanes”, refiriéndose con
esta metáfora a como se sentía el personaje tras ver toda esa situación e
imaginarse en la misma situación que la naturaleza.
Los sentimientos cada vez son más
inexplicables; la soledad se apodera más de él, “Me encontraba allí con los
brazos extendidos hacia el abismo, acariciando la idea de arrojarme en él. Si,
arrojarme y sepultar conmigo en su fondo mis dolores y sufrimientos”,
claramente podemos notar y percibir el predominio de tirarse al río sin
importar nada y llevarse con él sus sufrimientos.
Cundo menciona que “no tuve fuerzas para
concluir de una vez con mis males, mi hora no ha llegado todavía” ante todo fue
capaz de no cometer ninguna locura y entender que no era su momento de partir.
Continúa de manera u otra dándose cuenta que
había hecho lo correcto.
En el momento que la tristeza se apodera de él,
en sus ojos se fijó el sitio donde con Carlota había estado luego de un paseo,
“un luminoso rayo del pasado brilló ante mi alma, como brilla en los sueños de
un cautivo una ola de luz que le finge praderas ganado o grandezas de la vida”
quizás a ese luminoso rayo lo está comparando con un motivo salvador que lo
ayuda a darse cuenta que todavía no era tiempo de marcharse.
Finalmente, el personaje se compara también con
“una pobre vieja que recoge del suelo sus andrajos y va de puerta en puerta
pidiendo pan para sostener y prolongar un instante más su miserable vida”,
refiriéndose aquí, que al no tomar una mala decisión logró de alguna manera u
otra, pidiendo ayuda o recordando momentos, prolongar su vida, más allá de que
él se refiere a la misma como “su miserable vida”.
Romina Avelino. Lucía Celesia. Marr Ariela. Candela Nuñez
12 de diciembre 1772
“Las cuitas del Joven Werther” es una novela
epistolar escrita en el año 1774, que narra los dos últimos años del personaje
desde mayo de 1771 hasta diciembre de 1772.
Ducha novela fue escrita en el
pre-romanticismo, el cual presenta una nueva visión del paisaje y de la
naturaleza, ya no se trata de más capacidad descriptiva del mundo exterior como
una visión del personaje, es decir, entre la naturaleza y el “yo” se establecen
relaciones afectivas como los árboles, lagos que se asocian a los estados del
alma en el cual el escritor vuelca en ellos emociones y sueños.
Comenzando el análisis de la carta de 12 de
Diciembre, se reconoce una comparación entre el estado de ánimo que presenta el
personaje con los del espíritu maligno, tanto que ni él mismo puede entender lo que le está sucediendo. Su estado
de ánimo es tan sofocante que provoca que pase las noches vagando por lugares
desiertos donde abunda la estación enemiga
intentando huir de si mismo.
Continuando con un paralelismo psico-cósmico
entre la naturaleza y el estado de ánimo, además de esto podemos destacar que esta carta está escrita en
Diciembre, donde ya sobre él predomina la muerte, es así que intenta refugiarse
en la naturaleza. “Me dirigí a él cuando rayaba la medianoche y presencie un espectáculo
aterrador”, son tan negativos sus pensamientos y sentimientos que hacen que
compare a la naturaleza con algo tenebroso, desbordado como sus sentimientos.
“Vi desaparecer el valle; vi en su lugar un mar
rugiente y espumoso, azotado por el soplo de los huracanes”, refiriéndose con
esta metáfora a como se sentía el personaje tras ver toda esa situación e
imaginarse en la misma situación que la naturaleza.
Los sentimientos cada vez son más
inexplicables; la soledad se apodera más de él, “Me encontraba allí con los
brazos extendidos hacia el abismo, acariciando la idea de arrojarme en él. Si,
arrojarme y sepultar conmigo en su fondo mis dolores y sufrimientos”,
claramente podemos notar y percibir el predominio de tirarse al río sin
importar nada y llevarse con él sus sufrimientos.
Cundo menciona que “no tuve fuerzas para
concluir de una vez con mis males, mi hora no ha llegado todavía” ante todo fue
capaz de no cometer ninguna locura y entender que no era su momento de partir.
Continúa de manera u otra dándose cuenta que
había hecho lo correcto.
En el momento que la tristeza se apodera de él,
en sus ojos se fijó el sitio donde con Carlota había estado luego de un paseo,
“un luminoso rayo del pasado brilló ante mi alma, como brilla en los sueños de
un cautivo una ola de luz que le finge praderas ganado o grandezas de la vida”
quizás a ese luminoso rayo lo está comparando con un motivo salvador que lo
ayuda a darse cuenta que todavía no era tiempo de marcharse.
Finalmente, el personaje se compara también con
“una pobre vieja que recoge del suelo sus andrajos y va de puerta en puerta
pidiendo pan para sostener y prolongar un instante más su miserable vida”,
refiriéndose aquí, que al no tomar una mala decisión logró de alguna manera u
otra, pidiendo ayuda o recordando momentos, prolongar su vida, más allá de que
él se refiere a la misma como “su miserable vida”.
Ezequiel Cerruti De León Simara, Franco Agustina, Silva Valentina. |
FINAL DE LA NOVELA
El Pre- romanticismo: es una
revolución artística, política, social e ideológica. Se desarrolla a mediado
del siglo XVIII “Siglo de las luces” en Alemania con un movimiento llamado
“Strund und Drang” (Tormenta y pasión).
Se caracteriza por
dar inicio a las manifestaciones, sentimientos, amor, melancolía y la fatalidad
del destino. Los pre- románticos crean una literatura confesionalista donde se
destaca la valoración de los sentimientos. También se destaca el sentimiento
hacia el paisaje y la naturaleza. No se trata solo de mayor capacidad
descriptiva; se trata de una nueva visión del paisaje: entre la naturaleza y el
“yo” se establecen relaciones afectivas. Este fragmento
Pertenece al final de la novela. El final no está escrito de manera epistolar
ya que es un hecho redactado por el narrador.
El autor anticipa la muerte
de Werther a través de cartas, un ejemplo claro es la que le escribe a Carlota
ya que la misma comienza “Ésta es la última vez que abro los ojos”.
En esta carta es visible la admiración a
la naturaleza característica del pre- romanticismo ya que el personaje en su último día de vida se
“despide” de ella “¡Si, viste de luto, naturaleza! Tu hijo, tu amigo, tu
amante se acerca a su fin”.
Werther no sabe como
explicarle a Carlota lo que se siente saber que es el último día ya que ni
siquiera el puede entenderlo “Es
una cosa que no se parece de nada y que solo puede compararse con las percepciones
confusas de un sueño, el decirse “¡Ésta mañana es la última!” Carlota apenas
puedo darme cuenta del sentido de esta palabra “¡la última!”. Es
visible en esta carta el desborde de pensamientos y sentimientos de Werther al
saber que es su último día ya que comienza reflexionando “¡Morir! ¿Qué significa esto? Ya lo ves:
los hombres soñamos siempre que hablamos de la muerte. He visto morir a mucha
gente pero somos tan pobres de inteligencia, que a pesar de cuanto vemos, cunea
sabemos nada del principio ni del fin de la vida.” continua con una
serie de preguntas y afirmaciones “En
este momento todavía soy mío.., todavía soy tuyo, si, tuyo, querida Carlota; y
dentro de poco... ¡separados... desunidos, quizá para siempre! ¡No Carlota, no!
¿cómo puedo dejar de ser? Existimos, si. ¡Dejar de ser! ¿qué significa esto?”
tantos son los sentimientos y
pensamientos encontrados que ni siquiera puede expresarlos con una sola
palabra, reflexiona.. afirma.. pregunta.. y hasta recuerda la muerte de una
amiga de su adolescencia. Podemos ver que no solo le aterra la idea que sea su
último día sino también la idea de separarse para siempre de su gran amor
Carlota, a su vez él siente culpa por haber dudado alguna vez que ella si lo
amara, y continua pidiéndole disculpas “¡Perdóname, perdóname! Sabía que me
amabas; lo sabia desde tus primeras miradas aquellas miradas llenas de tu alma;
lo sabía desde la primera vez que estrechaste mi mano. Y, sin embargo, cuando
me separaba de ti o veía a Alberto a tu lado, me asaltaba por doquiera
numerosas dudas.” Termina la carta convencido de que estando al borde de la
muerte su verdadera luz es el pensar que en algún momento se van a poder
encontrar y ser feliz eternamente en presencia del Eterno, “No sueño ni
deliro. Al borde del sepulcro brilla para mi la verdadera luz. ¡volveremos a
vernos! ¡veremos a tu madre y le contaré todas las cuitas de mi corazón! ¡tu
madre! ¡tu perfecta imagen!”. En el final de esta carta podemos ver una
característica del pre-romanticismo que es la idealización de la mujer como la
perfección.
5- El narrador
cuenta los deseos de Werther a la hora de ser enterrado y luego cuenta
detalladamente el momento en el cual el
personaje si quitó la vida, el hecho de que lo cuente tan detallado lo hace mas
trágico y mas real ya que a medida que va describiendo la situación podemos ir
imaginándola perfectamente.
“Dejo una carta escrita
para tu padre, rogándole que proteja mi cadáver. Al final del cementerio,
en la parte que da al campo, hay dos tilos, a cuya sombra deseo reposar.”
“Deseo
que mi sepultura esté a orillas de un camino o en un valle solitario, para que,
cuando el sacerdote o el levita pasen
junto a ella, eleven sus brazos al cielo, bendiciéndome, y para que el
samaritano la riegue con sus lágrimas.”
Al
comienzo de la novela en la carta del 10
de mayo se puede observar como Werther disfruta de estar solo y en contacto con
la naturaleza, sus deseos para su
sepulcro reafirman esa idea ya que lo
que quiere es que su sepultura esté a orillas de un camino o un valle solitario
y poder reposar en una parte que da al campo a la sombra de dos tilos.
“Carlota,
deseo que me entierren con el traje que tengo puesto, porque tú lo
has bendecido al tocarlo. La misma petición hago a tu padre. Prohibo que
me registren los bolsillos. Llevo en uno aquel lazo de cinta color de
rosa que tenías en el pecho el primer da que te vi rodeada de tus niños…”
También
podemos observar en sus deseos el gran amor que siente por Carlota ya que no solo decide estar sus últimos momentos con
un traje que siente bendecido por ella y una cinta que le pertenecía, sino
también que desea llevarse a la tumba dichas cosas para tenerlas por siempre.
“Un
vecino vio el fogonazo y oyó la detonación; pero como todo permaneció
tranquilo, no se cuidó de averiguar lo ocurrido. A las seis de mañana del
siguiente día entró el criado en la alcoba con una luz, y vio a su amo
tendido en el suelo, bañado en su sangre y con una pistola al lado”
“Cuando
el médico llegó al lado del infeliz Werther, le halló todavía en el suelo
y en un estado deplorable. Latía el pulso aún; pero todos sus miembros
estaban paralizados. Había entrado la bala por encima del ojo derecho,
haciendo saltar los sesos. Le sangraron de un brazo, y corrió la
sangre; todavía respiraba. Unas manchas de sangre que se veían en el
respaldo de su silla indicaban que consumó el suicidio sentado delante de
la mesa donde escribía y que en las convulsiones de la agonía había
rodado al suelo. Se hallaba tendido boca arriba, cerca de la ventana,
vestido y calzado, con frac azul y chaleco amarillo.”
Como
ya mencionamos la muerte de Werther fue muy detallada y puede apreciarse que él
murió de una manera trágica y dolorosa, no se quitó la vida en cualquier lugar
sino donde escribió sus cartas, donde expresó a través de ellas todos sus
sentimientos y todo lo que le tocó vivir.
Finalmente
Werther fue sepultado y algunos de sus deseos fueron cumplidos.
“El anciano juez llegó turbado y conmovido. Abrazó al
moribundo, bañándole el rostro con su llanto. No tardaron en
reunírsele sus hijos mayores, y se arrodillaron junto al lecho, besando
las manos del herido y no pudieron contener el más intenso dolor..”
“La presencia del juez y las medidas que tomó evitaron todo
desorden. Hizo enterrar el cadáver por la noche a las once en el sitio que
había indicado..”
“Werther fue conducido por jornaleros al lugar de su
sepultura, sin que le acompañara ningún sacerdote.”
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