“Desde el siglo VII aparece
en la Europa Central una nueva denominación jocularis, usado como sustantivo o
joculator para designar a persona que divertía al rey o al pueblo. El nombre
juglar fue el que se vulgarizó en las lenguas modernas.
Pero desde el siglo XI surge
una nueva denominación para designar al
poeta más culto, llamósele trovador en el sur de Francia.
El trovador, no sólo por lo
común, era socialmente superior al juglar, sino también lo era
intelectualmente, como persona más instruida.
Todos estos nombres, usados
en España, se confunden en Provenza bajo el de juglar, y no debe ser así; por
esto el rey aconseja y declara que todos los que viven vilmente y no pueden
presentarse en una corte de valía, como son aquellos que hacen saltar simios o
machos cabríos o perros, y cantar entre gentes bajas por un poco de dinero,
éstos no deben llevar el nombre de juglar, ni los que en las cortes se fingen
locos, sin vergüenza de nada, pues estos se llaman bufones. Los que con
cortesía y ciencia saben portarse entre las gentes ricas para tocar
instrumentos, contar “novas” o relatos
poéticos, cantar versos y canciones hechas por otros, estos ciertamente pueden
poseer el nombre de juglar y deben ser bien acogidos en las cortes a las cuales
llevan recreación y placer. En fin,
aquellos que sabe trovar verso y tonada, y saben hacer danzas, coblas, baladas,
albadas y serventesios, deben ser llamados trovadores.”
Fragmento. Parte I - Los juglares en general. ¿Qué es un juglar?
Menéndez Pidal.
Aporte de profesora - practicante Florencia Cabral
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