ROMANTICISMO.
PRE
ROMANTICISMO Y ROMANTICISMO.
El siglo XVIII fue en cuanto al tema de los
períodos literarios, una época complicada, no hubo ningún estilo
que haya ejercido un dominio homogéneo y prolongado.
Algunos, casi inaceptablemente, han
generalizado las manifestaciones literarias de dicho siglo con el
nombre de “rococó”, concepto de las artes plásticas que fue
considerado como el elemento fundamental de todos los autores del
siglo XVIII.
El rococó tiene que ser considerado como
una de las líneas de fuerza, uno de los componentes artísticos del
siglo XVIII, la expresión de ciertos aspectos de la sensibilidad y
el espíritu de la época.
En cuanto a sus características podemos
citar la visión trágica del a vida, el gusto por la naturaleza
sencilla y tranquila, escenario de elegantes y voluptuosas fiestas y
de tiernos idilio, concepción de la vida como un ensueño de
felicidad, valorización de la intimidad en la vida y en el arte,
precisismo estilístico , graciosidad, pulidez, frívola elegancia,
erotismo refinado.
El concepto de pre romanticismo data de
las primeras décadas del siglo XX y fue defendido por Paul Van
Tieghem, el concepto abarca las tendencias estéticas y las
manifestaciones de sensibilidad que en el siglo XVIII se apartan de
los cánones neoclásicos, anunciando el romanticismo, ello no
significa que el pre romanticismo sea sólo una preparación para el
romanticismo y que carezca de rasgos propios.
El pre romanticismo no tiene la
homogeneidad de una escuela literaria ni presenta un concepto
sistemático de doctrinas, ello no significa que carezca de contenido
pues aparecen en el siglo XVIII nuevos conceptos estéticos, temática
nueva y nueva sensibilidad. Los países donde floreció el pre
romanticismo fueron Inglaterra (Young, (Night thouhts),de Richardson,
Gray, Macplerson), Alemania con el movimiento “Sturn und Drang,
Francia con Diderot, Saint Pierre, Rousseau.
En cuanto a sus características podemos
citar:
La valorización del sentimiento: el
corazón triunfa del racionalismo ilustracionista y se convierte en
al fuente por excelencia de los valores humanos. La sensibilidad es
el más legítimo título de las almas, la vida moral es regida por
el sentimiento y los derechos del corazón.
La literatura divulga los secretos de la
intimidad humana, sin pudor; es la primera generación europea de
egoísta, los pre románticos crean una literatura confesionalista,
provoca violentas reacciones afectivas en los lectores de la época,
si citamos un ejemplo encontramos la novela “Werther” de Goethe
publicada en 1774 que originó tras su lectura una ronda de suicidios
en los jóvenes alemanes.
Esta nueva sensibilidad presenta un
carácter tierno y tranquilo, una suave emoción que provoca el
paisaje o un recuerdo, en algunos casos esto cede a la desesperación
y a la angustia, a la agitación sombría y entonces el poeta se
complace en visiones lúgubres, paisajes nocturnos, agrestes y
solitarios-
Se observa la predilección por los
dolorosos presagios, sueños aciagos, muerte, poesía de la noche y
de las tumbas, meditación sobre la muerte, sepulcros.
El pre romanticismo presenta una nueva
visión del paisaje y de la naturaleza ya no se trata de más
capacidad descriptiva del mundo exterior como una visión del
paisaje: entre la naturaleza y el “yo” se establecen relaciones
afectivas: lagos, árboles, montañas se asocian a los estados del
alma y el escritor vuelca en ellos emociones y sueños.
A esta literatura pre romántica se le debe
la revelación de la belleza melancólica del otoño elegíaco y
solitario, de hojas caídas, sol pálido y crepúsculos heridos.
Se manifiesta un declive de las influencias
greco latinas y de las imposiciones del clasicismo del siglo XVIII.
Se define el Romanticismo como un vasto
movimiento de la cultura europea que iniciándose en los países
nórdicos y progresando hacia el sur y el Mediterráneo, abarcó
durante casi siglo y medio (segunda mitad del siglo XVIII y el siglo
XIX) todo el viejo continente.
En cuanto al vocablo
“romántico” el mismo tiene una historia compleja, proviene del
adverbio latino “romanice” que significaba a la manera de los
romanos, se derivó en francés al vocablo “romanz” escrito Román
(siglo XII) y roman (siglo XVII); la palabra rommant designó primero
la lengua vulgar frente al latín, pasando a designar cierta especie
de composición literaria escrita en lengua vulgar, cuyos temas
consistían en complicadas aventuras heroicas o galantes.
En Italia como en Francia, donde el
romanticismo es tardío en relación con las literaturas inglesa y
alemana, existen grupos románticos que se oponen a escritores
clásicos, desde 1816 a 1820 respectivamente, las manifestaciones del
romanticismo francés se producen más tarde, la publicación de
“Cromwell” de Víctor Hugo en 1827 y la batalla de “Hernani”
de 1830.
En cuanto a la literatura alemana el
romanticismo se da en oposición al arte clásico en aquella famosa
frase de Goethe (1749 1832) “lo clásico es la salud, y lo
romántico es la enfermedad” oponiendo así el equilibrio a la
agitación. En ese país el romanticismo se afirma desde fines del
siglo XVIII con la revista Athenaeum de 1789.
El
romanticismo presenta una nueva concepción del yo: la teoría
elaborada por la filosofía germánica por Johann
Gottlieb Fichte (1762-1814), y por Friedrich Wilhelm Joseph
von Schelling (1775-1854), esta teoría es uno de los elementos
dorsales del romanticismo alemán. Para Fichte el yo constituye la
realidad primordial y absoluta, el yo se afirma así mismo, es un yo
absoluto.
Este
teoría fue tomada erróneamente por los románticos que
identificaron ese yo puro con el yo del individuo, con el genio
individual, para los ellos el espíritu humano constituye una entidad
dotada de actividad, que tiende al infinito, que rompe con los
límites, búsqueda incesante del absoluto, hay una energía del yo y
ansias de absoluto.
El
mundo romántico se opone al mundo humanístico y al
ilustracionista, este nuevo mundo está abierto a lo sobrenatural y
al misterio. Nada de lo que es visible y palpable representa la
realidad verdadera, la realidad auténtica no es perceptible a los
sentidos.
Relacionado
con ello aparece la palabra Sehnsucht,
término alemán que significa “la nostalgia de algo distante” en
el tiempo y en el espacio, el carácter específico del arte
romántico consiste en no alcanzar jamás la perfección, los
personajes románticos se sienten atraídos por un anhelo
indefinible, persiguen un ideal recóndito y distante.
En
cuanto al hombre romántico se presenta con un declarado tiranismo,
rebelde, altivo y desdeñoso, en contra de las leyes y los límites,
desafían a la sociedad y a Dios mismo. Prometeo es la figura mítica
que los románticos exaltan con frecuencia, como símbolo de la
condición titánica del hombre.
También
Satán se convirtió en otro símbolo para los románticos,
proclamando la gloria y la grandeza de su desafío al creador. Otros
personajes tomados como símbolos fue Caín, y Don Juan personaje
del teatro del1600.
En
el hombre fatal del romanticismo vemos muchas características de
Satán: desde la fisonomía (faz pálida, mirada impiadosa) hasta el
temperamento y los rasgos psíquicos y morales (melancolía
indesarraigable, desesperación, rebeldía, inclinación a la
destrucción y al mal.
Otras
veces son las figuras de los poetas geniales, desgraciados y
perseguidos por la sociedad, condenados a la soledad, incomprendidos
por los hombres y que desafían al destino, lo que los poetas exaltan
como símbolo de la aventura titánica del hombre.
Del
fracaso de su aventura, de la imposibilidad de realizar el absoluto
nacen el pesimismo, la melancolía y la desesperación, la búsqueda
de la soledad.
El
mal du siecle, la indefinible enfermedad que les llena de tedio la
vida y les hace desear la muerte expresan el cansancio y la
frustración que resultan de la imposibilidad de realizar el
absoluto.
La
ironía es otro elemento importante del romanticismo, que nace de la
conciencia del carácter antinómico de la realidad y constituye una
actitud de superación por parte del yo, de las contradicciones de la
realidad, del perpetuo conflicto entre lo absoluto y lo relativo. El
arte, exige del creador una actitud de ironía, de distanciamiento,
de superioridad frente a la obra creada.
Se
observan ansias de evasión que provienen de su conflicto con la
sociedad, esa evasión se da al ensueño, a lo fantástico, a la
orgía, a la disipación, al espacio y al tiempo. La evasión al
espacio se reveló en el exotismo que se combinó con el color local,
con la fiel reproducción de los aspectos característicos de un
país; y la evasión en el tiempo condujo a la glorificación de la
Edad media, dejada de lado por el racionalismo ilustracionista, Esta
edad atraía con lo pintoresco de sus usos y costumbres, con el
misterio de sus leyendas y traiciones, con su belleza nostálgica de
sus castillos, con el idealismo de sus tipos humanos más relevantes.
El Romanticismo francés, del cual nos
ocupamos por incluir en este eje temático al poeta Charles
Baudealire (1821 - 1867) ocupa en el proceso de consolidación del
movimiento una posición intermedia. En 1800 cuando comienzan a
definirse en Francia las ideas y las obras románticas, Inglaterra
con Worsworth y Coleridge, Alemania con el “Sturm und Drang”
Goethe y su “Werther” (1774) ya señalado anteriormente, el
teatro de Schiller, la poesía de Novalis ya habían dado mucho de su
mejor romanticismo. Igualmente en el siglo XVIII en Francia se
observaba un claro rechazo a las reglas de los clásicos, a la
admiración de los antiguos, en Diderot y Rousseau, entre otros se
dan rasgos que serán fundamentales para el espíritu romántico, el
individualismo, el sentimiento de la naturaleza y la exaltación de
la sensibilidad.
En
la evolución el romanticismo francés podemos distinguir tres
etapas: la primera llamada de iniciación y dominada por las figuras
de Chateaubriand y Mme Stael, y por la formación de toda una
sensibilidad colectiva que se llamó “el mal del siglo”.
La
segunda etapa de pleno desarrollo del movimiento donde se libra “la
batalla romántica” (1820- 1830) Recordemos que es en esta etapa
donde el poeta Víctor Hugo
publica su drama histórico
“Cromwell” El prefacio que Hugo
redactó en 1827 para este drama se convirtió inmediatamente en el
manifiesto del teatro romántico. En él realizaba un encendido
llamamiento a la liberación de las restricciones impuestas por el
clasicismo. El texto se divide en tres partes: una primera de rechazo
a las reglas aristotélicas de unidad de lugar y tiempo, una segunda
que recomienda conservar la regla de la unidad de acción y una
tercera que proclama el derecho y deber de todo arte de representar
la realidad en todos sus aspectos. El nuevo drama romántico francés
que inaugura Hugo con sus teorías se caracteriza por la
incorporación de lo feo y lo grotesco a la escena teatral, por una
mayor preocupación por el color local y sobre todo por la mezcla de
elementos cómicos y trágicos.
También
a esta época pertenece otra obra del autor representativa de la
batalla romántica “Hernani” de 1830.
La
tercera etapa corresponde a la aceptación del movimiento (1830.
1843) donde el movimiento pasa desintegrarse como tal y dar lugar a
otras corrientes que se estudiarán más adelante.
Observando
estas tres etapas del romanticismo francés podemos deducir la
aparición tardía dentro del movimiento del libro “Las flores del
mal “publicado en 1857 con lo que resulta imposible concebir a la
figura del poeta Charles
Baudelaire dentro del
romanticismo propiamente dicho.
“Las flores del mal”
de Charles Baudealire se publican en 1857 y algo que nadie podía
sospechar en ese momento cambió para siempre. La poesía tomó un
rumbo tan inesperado con si el Sena desviara su curso. Podemos decir
que la aparición del autor se da en una Romanticismo que ya decaía
por eso podemos decir que ubicamos al autor casi después de la
tercer etapa del movimiento en Francia.
El libro se publicó con un tiraje de 1320
ejemplares y constaba de 101 poemas, pero esta primera edición está
lejos de la que se conoce actualmente. En 1861 incorporó 35 títulos.
Fue el libro al que Baudelaire le dedicó toda su vida, incluso hay
textos que se publicaron después de su muerte.
Según las palabras del autor “el único
elogio que solicito para este libro es el de que se reconozca que no
consiste en un puro álbum, que tiene comienzo y fin. Todos los
poemas nuevos se han hecho para ser adaptados a un cuadro singular
que yo había escogido”
El autor manejó algunos títulos hasta
llegar el definitivo: “Me pareció entonces más interesante y
tanto más agradable cuanto más difícil, tratar de extraer la
belleza del mal”.
El libro contiene una dedicatoria al poeta
Theòphile Gauthier: AL POETA
IMPECABLE Al perfecto mago en las letras francesas. A mi muy caro y
muy venerado MAESTRO Y AMIGO
con los sentimientos de la más profunda humildad dedico ESTAS FLORES
ENFERMIZAS.
Presenta además un poema introductorio “Al
lector “y un poema que cierra el libro “Epígrafe para un libro
condenado”, entre ambos aparecen seis secciones:
- Spleen et Ideal.
- Cuadros parisinos.
- El vino.
- Las flores del mal.
- Revolución.
- La muerte.
En nuestra propuesta los dos de los poemas
seleccionados pertenecen a Cuadros parisinos (“Paisaje”, “El
crepúsculo de la tarde”).
Esta sección fue agregada en la segunda
edición del libro: no figuraba en la primera de 1857.
La protagonista de todo el libro y
especialmente de esta sección es la ciudad, y especialmente París.
Quizás nada para él podría ser entendido fuera de los reconocibles
límites de París. Recordamos las palabras de Balzac cuando al
comienzo de la novela “Papa Goriot” (1852) se preguntaba “¿será
comprendida más allá de París? Con Baudelaire ocurre lo mismo:
muestra de ella su grandeza y su estupidez.
Con respecto a su visión de la naturaleza
y de la ciudad el poeta ha señalado: “ …yo no soy incapaz de
enternecerme con los vegetales, y mi alma es rebelde a esta nueva y
singular religión… siempre he pensado que existe en la Naturaleza,
floreciente y rejuvenecida, algo de impúdico y de afligente…En el
fondo de los bosques, encerrado bajo sus bóvedas similares a las de
las sacristías y de las catedrales, yo pienso en nuestras
estupefacientes ciudades, y la prodigiosa música que corre a lo
largo de las cimas, me parece la traducción de lamentos humanos”.
Recordemos el primer verso del poema “Paisaje” que se analizará
más adelante “quisiera yo componer mis églogas más puras” y
quedan explicadas estas palabras del autor.
La mirada hacia la ciudad es de una
profunda piedad hacia los desamparados, los viejos, los enfermos, los
desahuciados, los más desvalidos, de ahí que el autor señalara de
la ciudad “: París centro e irradiación de la estupidez humana”.
La crítica coincide en señalar el tema
ciudadano como una de las renovaciones más perdurables que
Baudelaire introdujo en la poesía del siglo XIX. Es él el primer
poeta de la ciudad. Pasar de los amplios panoramas de la poesía de
Vigny y de Víctor Hugo a la de las Flores del mal es después de
recorrer vastos paisajes de bosques y montañas, penetrar en una
habitación secreta de íntimos y umbrosos ecos, con penumbra de
lámparas, destellos de joyas, cristales y desnudeces lustrosas,
sensualidad de pieles y perfumes refinados, a través del balcón, la
ciudad dormida y silenciosa. Su mundo ideal está figurado como una
arquitectura, porque su mundo real es una arquitectura, una
naturaleza urbana, es decir, una naturaleza que no es más
naturaleza.
Pero este cambio en el decorado, no es
solamente tal, sino una necesaria renovación del mundo poético, una
re invención del mismo. Las imágenes bucólicas, las comparaciones
y metáforas que transcurrían en parques abandonados y al borde de
los lagos no sirven para recrear poéticamente el mundo ciudadano.
Según Eliot, el autor dio nuevas posibilidades a la poesía en una
nueva provisión de imágenes de la vida contemporánea. No es
simplemente usar imágenes de la vida ordinaria, al usar imágenes de
la vida sórdida de una gran metrópoli sino al elevar tales imágenes
a la primera intensidad, presentándolas como son, y sin embargo
haciéndolas representar algo mucho más que ellas mismas.
Baudelaire rechaza la naturaleza y escoge
la ciudad para pensar su poesía, porque es aquí, en una creación
del hombre, en un ambiente anti natural muchas veces corrompido,
donde encuentra más amplios ecos su meditación sobre el mal. El
ángel caído, lleno de nostalgia por el paraíso primero y natural,
reflexiona en este corazón ciudadano que se ha alejado de la
naturaleza primitiva, para profundizar en el desarraigo esencial en
el que ha crecido la cultura del hombre moderno; el pecado original.
Es por eso quizás, que los habitantes del
París de Baudelaire poseen ese rasgo común de desheredados, de
testigos nostálgicos de un mundo del que son extranjeros, figuras
de anónimo pasado, y sin futuro, casi inmóviles: los mendigos, los
ciegos, los ancianos, las viudas, las prostitutas, los borrachos.
En el tema de la ciudad se cumple además
una noción del romanticismo propia de Baudealaire y compartida por
Stendhal, como la “expresión más reciente, más actual de lo
bello” Baudelaire ha mostrado por primera vez la belleza de la
ciudad. Recordemos el siguiente párrafo “El heroísmo de la vida
moderna”
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