ROMANCE DE MELISENDA.
Todas las gentes dormían
en las que Dios había parte
no duerme la Melisenda
la hija del emperante
faltó diesa de la cama
como la parió su madre.
Si dormís las mis doncellas
si dormides recordade
las que habedes maridos
tengades me puridade
las que sabedes de amores
consejo me queréis dar
que amores al conde Ayuelos
no me verán reposar.
Allí hablara una vieja
vieja de antigua edada.
Mientras sois moça señora
placer vos querades dar
que cuando seades vieja
los rapaces nos querrán
que así hice yo mezquina
en casa de vuestro padre
y con este consejo
empeçó de caminar
vase para los palacios
donde el conde ha de hallar
a sombra va de tejados
que no la conozca nadie
encontró con Fernandinos
el alguazil de su padre
desque la vido y sola
empeçóse a santiguarse,
¿A do vais la mi señora
vos que vades a buscar
o citais loca sanguina
o de amores queréis finar?
mása yo me iba a la iglesia
aquella noche a velar
más prestesme Fernandinos
prestesme el tu puñal
que miedo tengo a los perros
que no me hiciesen mal
y tómolo por la punta
hasta los cabos se lo fue a inchar
Allí murió Fernandinos
el alguazil de tu padre
y ella tira su camino
donde el conde ha de hallar
las puertas halló cerradas
no halló por donde entrar
con palabras de encantamiento
abrió las de par en par
siete antorchas que allí ardían
todas las fuera a matar
desesperado se había el conde
con balas me dio dios del cielo
Sancta María fue tu madre
O eran mis enemigos
que me vienen a matar
o eran los mís pecados
que me vienen a tentar
o era la Melisenda
la hija del Emperante
más era una morica
mozica de allende la mar
mi cuerpo tengo tan blanco
como un fino cristal
mis dientes son tan menudillos
menudos como la sal
mi boca tan colorada
como un fino coral.
Allí habló el buen conde
tal respuesta le fue a dar.
Juramento tengo hecho
Sobre un libro missal
que mujer que a mí demande
nunca mi cuerpo negalle
sino era Melisenda
la hija del Emperante.
entonces la Melisenda
començóle de besar
y quitóle sus vestidos
cabo el se fuera echar
cuando vino la mañana
que quería alborear
hizo abrir las sus ventanas
por la morica mirar
vido que era Melisenda
empéçóle de hablar.
Señora cuán bueno fuera
esta noche yo me matar
antes que haber cometido
aquesta tan gran maldad.
Vase a casa del Emperador
Por habérselo de contar
las rodillas por el suelo
le comiença de hablar.
Una nueva os traía
os lo había de contar
más catad aquí mi espada
que en mí la podéis vengar
que esta noche Melisenda
en mis palacios fue a entrar
siete achas que allí ardían
todas las fuera a matar
díjome que era mozica
moza de allende la mar
y que venía conmigo
a dormir y a folgar
y entonces yo desdichado
cabe mí la dejé echar.
Allí habló el Emperador
tal respuesta le fue a dar.
Tira allá la tu espada
que no te quiero hacer mal
más si tu la quieres conde
por mujer se te dará.
pláceme dijera el conde
pláceme de voluntad
lo que vuestra alteza manda
veisme aquí a vuestro mandar.
Hace venir a un arzobispo
por haberlos de desposar
ricas fiestas hicieron
con mucha solemnidad.
ROMANCE ANÓNIMO SIGLO XV.
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